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10/03/2012

La finalidad de la anarcosindical

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"...Después de este congreso no será ya pan lo que reclamaremos. Desde hoy reclamaremos justicia, reclamaremos equidad. Luchamos desventajosamente, pero afirmo que tenemos el derecho a la vida y para conquistar este derecho, sólo nos queda el recurso legal y supremo de rebelarnos. Debemos prepararnos para cruentas luchas.

El mundo burgués se hunde por sí solo. No hará falta que empujemos mucho para derribar el puntal carcomido que lo sostiene. El principio de autoridad está tan relajado..." (El delegado del gobierno y las fuerzas de represión intentan suspender el mitin y ocasiona un buen conflicto) "...No pretendo dar lugar a que la autoridad cometa una torpeza; pero tengo el deber y el derecho de manifestar que el principio de autoridad está podrido hasta la misma médula. Es preciso que nos demos cuenta del momento actual.

Cuando el mundo burgués se derrumbe, cuando toda esta escoria social injusta e inhumana se hunda para siempre, se hará necesario patentizar ante el mundo que ha sido aplastada por el peso de sus propias faltas. No somos nada, somos esclavos; cuando hombres y cuando ancianos exprimidos por el privilegio y la desigualdad, durante toda nuestra vida de miserias y sufrimientos, llevamos, hasta que bajamos a la tumba, el estigma de esta sociedad inicua y cruel. Se hace necesario pues, camaradas, que el día de la liquidación de las injusticias, el pueblo derrumbe los restos del régimen decrépito aventando las cenizas para que jamás pueda reconstruirse. "

(Ángel Pestaña, en el mitin de clausura del congreso de 1918, en Barcelona).

El anarcosindicalismo quiere transformar la sociedad. Quiere acabar con el sistema capitalista y con el estado. Considera que no hay derecho a que unas personas impongan su voluntad sobre otras a las que roban y explotan por medio del trabajo, y se mantengan apoyadas por un aparato de violencia y terror organizado que es el estado y su sistema policiaco. Existe gran cantidad de literatura dedicada a la crítica de la sociedad capitalista, y no vamos a insistir mucho en el tema.

Sobre como se llegará a esta transformación, la anarcosindical afirma que no existe otro medio que la Revolución Social, esto es, un cambio brusco por el cual las estructuras autoritarias son derribadas. Es el final de un proceso y comienzo de otro nuevo.

La revolución se produce cuando el pensamiento colectivo de los pueblos la ve necesaria, cuando las bases morales, éticas, filosóficas, económicas del sistema entran en bancarrota. No es un fenómeno predecible, ni realizable por una minoría, sino que se prepara, llega un momento en que simplemente es posible, algo la desencadena, y entonces sucede

El papel de la anarcosindical es aumentar las contradicciones del sistema, clarificar a los pueblos la mentira, el engaño, la explotación a que son sometidos por la minoría gobernante, y estar presente durante el proceso revolucionario para iniciarla si puede, y para evitar, por un lado que la revolución sea aprovechada por minorías, vanguardias, partidos, etc. en su beneficio, y por otro, para que cuando se produzca la contrarrevolución, el pueblo retroceda lo mínimo posible en las conquistas obtenidas.

La revolución debe acabar con la propiedad, el estado, gobiernos, policías, ejército, universidades, iglesias, bancos, industrias, mentalidad competitiva e individualista... y establecer nuevas estructuras y formas de vida.

La revolución es pensamiento, libertad y deseo en acción. Las personas que han vivido momentos revolucionarios, los describen como una borrachera de luces, sonidos y alegría. No es el baño de sangre y violaciones con que nos ilustra la televisión. La gente se para en la calle y habla, esto sucede siempre y es muy importante. Se habla de todo, se habla con personas de otros idiomas y se las entiende, porque quieres comunicarte. Se habla de cosas que uno nunca antes se había planteado y que ahora afloran con naturalidad, sin esfuerzo. Se realizan cosas que días antes hubieran sido inconcebibles...
El italiano levantó la cabeza y se apresuró a preguntar:

- ¿italiano?
Yo contesté en mi mal español:
- No, inglés. ¿Y tú?
- Italiano.

Al salir, él cruzó la sala y me estrechó enérgicamente la mano. ¡Qué extraño ese afecto que uno puede sentir por un desconocido! Era como si su espíritu y el mío hubieran conseguido, momentáneamente, salvar el abismo del lenguaje y de la tradición, y unirse en la mayor de las intimidades...

Por lo que uno podía juzgar, la gente parecía contenta y esperanzada. Por encima de todo se creía en la Revolución y en el Futuro, se tenía la sensación de haber entrado súbitamente en una era de igualdad y libertad. Los seres humanos trataban de comportarse como seres humanos, y no como engranajes de la máquina capitalista. En las barberías había letreros anarquistas explicando enfáticamente que los barberos habían dejado de ser esclavos. En las calles había carteles de colores exhortando a las prostitutas a dejar su oficio. para alguien que procediese de la burlona y endurecida civilización inglesa, había algo casi patético en la literalidad con la que aquellos españoles idealistas interpretaban los gastados lemas de la revolución.”

(George Orwell. Homenaje a Cataluña. 1937)

El acto revolucionario es un acto popular. Lo realiza la gente corriente con todos sus defectos. Existe una polémica que dura siglos sobre si la revolución puede ser llevada a cabo por seres normales, esto es machistas, autoritarios, violentos como somos más o menos en esta sociedad enferma, o por personas más formadas y que llevan en sí la forma de funcionamiento futuro y que han cambiado por la educación u otros medios.

En general, porque opiniones en la anarcosindical hay tantas como personas, en la CNT se opina que la revolución la realiza la gente de hoy día, y que el paso previo para formar a otras personas en la libertad y la responsabilidad es la transformación social. Lo que quiere decir que primero hay que cambiar las estructuras sociales y luego cambiará la gente. También sucede que la revolución purifica a las personas, y al menos durante un tiempo hasta que llega la contrarrevolución, hace que salga de ellas lo mejor que tienen.

A pesar de esta idea, la anarcosindical se esfuerza por hacer del sindicato la escuela del pueblo, transmitirle por medio del debate permanente otras formas de pensamiento, y prefigurar la sociedad futura creando aquí y ahora, una estructura similar a la que sustituirá a la sociedad autoritaria, y una nueva moral y ética de vida.

El estado capital se ha encargado a lo largo de décadas, con la valiosa ayuda de los sindicatos y partidos institucionalizados, de inculcarnos la idea de que una revolución no trae más que desastres, y que en nuestras desarrolladas civilizaciones occidentales, la democracia es el único invento viable.

La CNT asegura que la revolución social es la única salida digna, sincera y realista para la especie humana, que la revolución no es el baño de sangre que se nos describe en las películas y en los libros de historia.

Se trata de un proceso que se está gestando ahora, que llegará, siempre llega, y debemos estar preparados para desatarla sin miedo, y echarle fuego a la hoguera.

Si comenzará por una huelga, por un golpe de estado, por un hundimiento de la bolsa, por la negativa a pagar impuestos, por una guerra capitalista, por ocupaciones de fábricas, por una invasión de inmigrantes... Es algo que no podemos saber.

Lo que sí es seguro es que una CNT amplia y fundida con el pueblo, será su mejor garantía de triunfo, y que no suceda como en todos los intentos anteriores en los que el estado volvió a tomar las riendas y cambió las apariencias para que todo continuase igual.

La estructura que tomará la sociedad una vez se realice la revolución, es lo que se ha llamado en la confederación, Comunismo Libertario, sistema económico en el que cada persona tomará de la sociedad lo que necesite, y dará a cambio aquello que buenamente pueda.

La CNT y el pueblo español tuvieron la oportunidad de desarrollar la revolución más amplia y hermosa de la historia de la humanidad durante, el periodo de guerra social de 1936 a 1939. Pusieron en práctica las ideas que hemos expresado hasta ahora, y demostraron que una vida libre e igualitaria no depende más que de la voluntad. Al capitalismo le hizo falta una guerra de exterminio, para acabar momentáneamente con la Utopía.

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