Estoy escribiendo este texto en pleno 7 de julio, domingo, con un sol espléndido, al menos el que veo desde mi domicilio, y con unos nubarrones metafóricos que se acercan por norte, sur, este y oeste hacia la clase trabajadora. Y no es para menos ya que hoy, repito 7 de julio, finaliza eso que se ha dado en llamar “ultraactividad”. Joder con la palabrita, con lo fácil que es hablar de continuidad o no, vigencia o no, mantenimiento o no, de un convenio.