Cuando era pequeña jugaba muy a menudo a un juego que de puro absurdo, me mantenía entretenida durante un buen rato. Se trataba de buscar una palabra de dos sílabas y empezar a repetirla mentalmente hasta ese momento en que la palabra pierde su significado y surge una nueva, que puede o no expresar algo; esto es por ejemplo, melón, melón…melónme…lonme, lonme…, que no quiere decir nada; o amor, amor…amora…mora, mora…que tiene significado de las dos formas. Han pasado muchos años, pero yo sigo utilizando esa técnica a menudo, no para jugar como cuando era pequeña, pero sí para analizar…