Entre tanto humo de contenedores ardiendo, ni tan siquiera los grandes medios de comunicación han conseguido una buena foto de la violencia tan arraigada y prolongada en el tiempo. Ni incluso cuando han de venir desde Europa a echarnos una mano debido a nuestro, a veces, primitivo sistema judicial. Y no, no me refiero a los grupos anarquistas franceses e italianos venidos como enviados especiales para agitar las calles de Barcelona. Me refiero, antes bien, a los Tribunales Europeos que por enésima vez condenan a España por no investigar hechos violentos. Y, por supuesto, con los hechos violentos no me…