Una versión más corta se puede escuchar aquí; la versión original se publicó en Argia Desde el inicio de año, han fallecido 16 trabajadores. Esto significa que cada 6,5 días ha muerto alguien trabajando. 2020, a su vez, fue un año negro: en Euskal Herria peninsular, murieron trabajando 75 personas. Esto se toma como si fuera mala suerte, una casualidad que no se puede evitar. Las patronales como Confebask hablan de una tragedia personal y empresarial inasumible, pero al mismo tiempo, insisten que el índice de accidentes laborales por cada mil trabajadores se va reduciendo. Menos esos muertos, todos contentos,…