Las elecciones sindicales fueron un invento de la patronal y el gobierno de la UCD allá a finales de los 70, para regular las reivindicaciones del mundo del trabajo. Tras la muerte de Franco y la desaparición de sus sindicatos verticales, el territorio dominado por este estado se vio sacudido por una serie de huelgas y protestas formidables en las que el protagonista era sobre todo, el pueblo, y para acabar con esta situación se institucionaliza el sindicalismo.
Los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO y todos los demás salvo CNT, aceptaron un sistema por el que la negociación se llevaba a cabo por medio del nuevo invento: El comité de empresa. Al comité de empresa se accede por medio de unas elecciones secretas a las que concurren las candidaturas sindicales. Una vez constituido el comité de empresa, la patronal discute y pacta únicamente con él.
Las elecciones sindicales se celebran más o menos en una época determinada con periodicidad variable de tres o cuatro años. Tras unos meses de las elecciones, el gobierno publica los resultados. Sólo aquellos sindicatos que superan el 10% de votos cuentan con representatividad para sentarse a discutir y pactar con el gobierno. Las elecciones en el estado español son siempre ganadas por UGT-CCOO, que cuentan aproximadamente con unes 200.000 delegados. Otros sindicatos como ELA, LAB, la USO, la intersindical gallega, o sindicatos de profesiones sanitarias, etc. obtienen resultados muy alejados (entre 7000 y 3000).
El gobierno se vale de estas cifras de votos para repartir subvenciones económicas y profesionalizar a sindicalistas que dejan de trabajar en sus empresas. También la patronal por medio de la negociación colectiva, subvenciona a los comités de empresa y en ocasiones, sienta a alguno de sus miembros en su consejo de administración. Hay que dejar claro que la CNT no acepta recibir subvenciones ni del estado ni de la patronal, ya que son esos los organismos que precisamente combate, y no quiere perder independencia frente a ellos.
La aceptación del sistema de liberados, subvenciones e institucionalización sindical, ha supuesto tras más de una década la práctica desaparición de la idea de sindicato como transformador social, porque:
- Las elecciones sindicales quitan el poder de decisión al pueblo. En la empresa sólo el comité es quien decidirá durante el tiempo que dure su mandato.
- Las elecciones sindicales siempre dan el triunfo a las candidaturas más reaccionarias, tal como sucede siempre en toda votación individual y secreta.
- Las personas elegidas en el comité tienen un mandato fijo y no están sujetas a ninguna disciplina. No se las puede hacer dimitir aunque no te guste lo que hagan. Te representan aunque no quieras, negocian en tu nombre aunque tú no les des permiso, no convocan asambleas si no lo desean, impiden que puedas dialogar o pactar con la patronal etc.
- En consecuencia, la negociación pasa a estar en manos del comité de empresa.
La CNT rechaza el principio de autoridad, y por tanto, representantes con poder e inamovibles.
Si la CNT entrase en el sistema de elecciones sindicales, delegados ejecutivos, funcionarios a sueldo y subvenciones del estado y de la patronal, reproduciría exactamente aquello que está tratando de evitar.
El precio que pagó la CNT por mantenerse un poco coherente, (la pureza y coherencias totales no existen), fue el de dos escisiones de personas que prefirieron marcharse, ante las dificultades que tiene el llevar adelante una acción anarcosindical de este tipo, y apostaron por un tipo de sindicalismo basado en las elecciones-subvenciones-liberados.
Estas escisiones formaron lo que es hoy la Confederación General del Trabajo (CGT). En la práctica, la CGT, si bien ha contado con más movilidad, al disponer de algunos fondos para pagar a sus funcionarios, ha obtenido hasta el momento resultados electorales insignificantes.
Según las leyes elaboradas por los sociólogos de masas Friedericksen-Hoffman, en una elección democrática y con urnas, siempre vence la candidatura más reaccionaria. (Primer principio de la votación secreta). Si por algún milagro de los cielos vence una candidatura más avanzada, en el transcurso de su mandato se volverá reaccionaria (Segundo principio de la V.S.). Y si de forma increíble, la candidatura progresista termina su periodo siéndolo, se puede estar seguro de que en una nueva elección no repetirá resultados, y será relegada al tercer o cuarto lugar. (Tercer principio de la V.S.).
Procura que si hay que votar algo se haga siempre en asambleas a mano alzada. Los resultados son siempre diferentes y más beneficiosos en general, para las tesis anarcosindicalistas.
Otra dificultad para la CNT es que sus secciones sindicales aunque sean legales, no tienen ningún tipo de derechos, al no participar en las elecciones. Y estos derechos tienen que ser conquistados día a día por la sección.