Una vez más el sistema pone en marcha sus mecanismos de represión y manipulación mediática. Las élites económicas y políticas del Estado español tienen una arraigada tradición casi obsesiva de intentar asustar a la sociedad con el “peligro anarquista”. Para ello, siempre se han valido de mentiras, engaños, montajes y falsas etiquetas. Se están empleando a fondo para convertirnos en el “enemigo público número uno”, ese que amenaza la paz social. Aunque realmente somos una amenaza porque cuestionamos sus privilegios y beneficios como clases social dominante y pretendemos erradicarlos por una cuestión de justicia social.