Había llegado a Tesalónica con la mochila llena de incertidumbre sobre lo que iban a ser esas semanas por aquellas tierras, varias palabras rondaban su cabeza; Refugiados, Guerra, Siria, Idomeni, Polykastro, Fronteras, Europa, Tratados, Acuerdos, Turquía…todas revueltas. Pretendía que cogieran orden, que todo ese avispero que zumbaba en su cabeza se convirtiera en algo ordenado y comprensible y la permitiera dormir tranquila. “Pero nada más lejos de la realidad, cuando te acercas a algo así, los esquemas sobre el género humano pierden todo su sentido, cuando convives con personas hacinadas en un vertedero humano esperando a que otras personas decidan…