La cuestión es que esta noticia deriva de un informe de una empresa de trabajo temporal, lo que siempre levanta sospechas sobre su intencionalidad. Ya en diciembre de 2013, los medios difundieron una noticia similar de una ETT (este caso se resume en la columna “Manipulatzeko Erraza”, publicado en www.cnt-sindikatua.org), donde se decía que los salarios de la Comunidad Autónoma del País Vasco crecieron en un 8%, algo falso. Sin embargo, ningún medio hizo ninguna aclaración ni lo desmintió. Para qué lo iban a hacer, si lo único que importa es que la clase obrera crea que tiene unos salarios injustamente superiores a la media, como el del consejero de Iberdrola Sánchez Galán, que cobró 7,44 millones de euros, sin contar los bonus que puedan repartirse. A este tipo también le han subido el sueldo, como al común de las asalariadas vascas.
Visto el precedente, acudo a la metodología del informe, y veo que en lo que corresponde a los salarios se comete un error de precisión importante: se utiliza el nivel de salario medio, cuando debería utilizarse el salario más frecuente. Un ejemplo: si tenemos 5 personas, de las que 4 cobran 500 euros, y una 2500, el salario medio será de 900 €. Mientras, el salario más frecuente será de 500 €, lo que se acerca más a la realidad. Esto es un ejemplo con números redondos, pero clarifica la importancia de utilizar un método estadístico u otro, con las consecuencias que tiene sobre las conclusiones.
Lo que no han hecho los medios es indagar algo más en este informe, ya que aparte del sesgo metodológico (¿intencionado?) de decir que el poder de compra del salario entre 2007 y 2013 ha aumentado ligeramente en Euskadi (en Nafarroa ha caído en un 5,1% según este estudio), hay datos interesantes. Durante 2013, la caída de salarios en la CAPV fue menor que en el resto del Estado español. También que la conflictividad laboral en Hego Euskal Herria fue mayor, con un número de huelgas muy superior que en el resto de territorios del estado, lo que me lleva a relacionarlo con otros elementos también estadísticos. En Hego Euskal Herria, la sindicación es mayor que en el resto del estado, lo que confiere mayor poder de negociación real a las centrales sindicales. Otra cosa es cómo las organizaciones gestionan la negociación colectiva. Es algo habitual que la gente se sindicalice, lo que facilita plantar cara a la patronal; en cambio, militar en el sindicato es algo que exige mayor compromiso.
¿Por qué no titular la noticia de la siguiente manera?: “Los salarios más altos del Estado con aumento del poder adquisitivo, gracias a la mayor sindicalización de la clase trabajadora”.
Pero esto no ha de hacernos creer que nuestra situación es buena y que somos los que mejor lo hacemos. Las condiciones no han dejado de empeorar, la pobreza es cada vez mayor entre la clase obrera y hay mucho que mejorar sindicalmente. Empezando por organizar a los sectores más precarizados (mujeres, jóvenes, migrantes), generalmente dejados de lado por las grandes centrales sindicales. Esta es la clave para que las condiciones laborales de los sectores más desprotegidos mejoren y, por extensión, los de la clase trabajadora. Esa es nuestra responsabilidad como sindicato: hacer que los titulares que escribimos se hagan realidad.