La plantilla de EDE Taldea, una entidad vinculada a la iglesia católica que desarrolla labores en el ámbito de la intervención social, enfrenta una situación de extrema gravedad. La “asociación privada de fieles” Ostargi, que a partir de las próximas semanas detentará la mayoría en el órgano de gobierno de la fundación EDE, se ha posicionado a favor de despidos, reducciones de jornada y eliminación de áreas de trabajo.