Como todos los años, CNT ha homenajeado en La Huella de Artxanda (Bilbao) a las mujeres y hombres que hicieron la Revolución Social y se enfrentaron al fascismo el 19 de julio de 1936.
“Personas normales pero organizadas nos demostraron que se puede vivir fuera del capitalismo”, ha subrayado la organización anarcosindicalista.
Mientras el debate sobre memoria histórica y el Valle de los Caídos está candente, CNT ha recordado lo que ocurrió hace 82 años. “El pueblo detuvo el golpe fascista, aunque la República Española no ayudase nada”, ha dicho la organización anarcosindicalista. “Además, estos hombres y mujeres realizaron la que sería la mayor revolución social en Europa durante el siglo XX, colectivizando la tierra y las industrias, poniendo en práctica el comunismo libertario”, ha subrayado CNT.
En opinión del sindicato, el régimen dictatorial franquista y el régimen de 1978 han querido eliminar esta experiencia de la memoria colectiva, “ya que demostró que se puede vivir fuera del capitalismo en base a la autogestión y libertad”. Las industrias pasaron a manos de sus trabajadoras, “ellas fueron las gestoras”; en el campo “se colectivizaron las tierras, siendo la propiedad común”. Aún así, este proceso revolucionario “tuvo sus enemigos: tanto los golpistas como los gobiernos de la República española como de la Generalitat, porque iba contra su orden social burgués”, ha dicho CNT.
Por otro lado, el homenaje también ha querido recordar a otros procesos revolucionarios que están en marcha. Rojava es uno de estos ejemplos, “aunque cada territorio tenga sus particularidades”, ha dicho la organización anarcosindicalista. Su revolución también comenzó un 19 de julio (de 2012), pero a día de hoy esa revolución “esta siendo atacada brutalmente: los y las revolucionarias del mundo estamos con vosotras”, ha dicho CNT.
El homenaje tampoco ha querido olvidar a las personas migrantes y refugiadas. “”Los hombres y mujeres que hicieron la revolución también tuvieron que escapar del régimen genocida”, han recordado; “tenemos que solidarizarnos con las personas que están viniendo a nuestro territorio, ya que tienen los mismo motivos de nuestros abuelos y abuelas para ser refugiadas: sobrevivir”. CNT propone a las organizaciones sindicales responder a esta situación mediante “acciones contundentes”, para profundizar la red de solidaridad y obligar a las instituciones a cumplir su deber: además de concentraciones y manifestaciones, “tenemos que utilizar la herramienta de la huelga”. Con ella, “podemos obligar a las instituciones a pasar de los hechos a las palabras”, ha subrayado CNT.
Por último, “con este homenaje queremos elogiar a esas mujeres y hombres corrientes y admirables, ya que sois ejemplo”, han dicho las organizadoras. “Gracias a vosotras llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones, que está creciendo en estos momentos”, ha dicho CNT.
Abarata el despido, crea nuevas modalidades de contratos basura y da más facilidades para el descuelgue de los Convenios por parte de las empresas, ofrece facilidades para realizar despidos colectivos y EREs, propone medidas de presión para que los trabajadores enfermos no se den de baja y crea más bonificaciones para los empresarios, además promueve nuevas normas para facilitar el despido del personal laboral del sector público.
"Lo que está sucediendo aquí es una quiebra fraudulenta", ha dicho el sindicato de CNT.
La organización anarcosindicalista ha subrayado que "la actitud de la Administración Concursal no es la de continuar del negocio, sino su liquidación"
Los compañeros y compañeras de la sección sindical "han recuperado sus derechos tras organizarse y denunciar que llevaban años cobrando el salario de categorías inferiores, no cobrando horas trabajadas e incluso trabajando sin contrato y sin cotizar a la Seguridad Social", ha dicho CNT. Además, los responsables de la empresa han sido condenados a pagar más de 35.000 euros a los trabajadores afectados.
Tras un largo proceso y seis juicios, finalmente la "resolución del conflicto ha sido favorable para los miembros de la sección sindical", ha informado la organización anarcosindicalista. Además de demandar jurídicamente, CNT inició un ciclo de movilizaciones para dar a conocer el conflicto y denunciar la situaciones de explotación y precariedad tan extendidas en el sector de la hostelería.
"Desde CNT valoramos esta decisión como positiva, así como la implicación del municipio de Barakaldo y la solidaridad mostrada con los compañeros y compañeras", ha concluído la organización.
Sabedor de esto, el Comité de Memoria Histórica de CNT Bilbao al que Astoreka pertenece trabaja de forma minuciosa un muy avanzado listado de personas que fueron militantes del sindicato mayoritario en el Estado en 1936 y que acabaron con sus huesos -sin apenas carne ni fuerzas- en almacenes de humanos como Gusen, Dachau, Mauthausen o Feldkich, entre otros muchos.
Hasta la fecha, la Confederación Nacional de Trabajo ha registrado 426 personas afiliadas a sus siglas que fueron hacinadas en campos nazis. De ellas, 24 provenían de la CAV y Nafarroa. Es decir, el 5,63%. "Hay que reconocerles que antes de comenzar la guerra de 1936, antes del golpe de Estado, ya denunciaron que el fascismo estaba en auge, como ocurre ahora en Europa y aquí", lamenta Astoreka. Agrega que "los cenetistas combatieron hasta el límite de sus fuerzas y muchos se vieron obligados a exiliarse. Continuaron, sin embargo, luchando en Francia en la resistencia. Algunos regresaron a España y fueron represaliados, y otros acabaron en campos de concentración donde muchos conocieron la muerte".
Ahora, esos hombres y esas mujeres englobados en el término genérico de republicanos del Estado en aquellos barracones han visto rescatados sus nombres, en una lista “siempre sujeta a errores u omisiones, para que permanezcan en la memoria histórica. Queremos rendir homenaje a nuestras compañeras y compañeros de la CNT, víctimas del fascismo europeo”, enfatiza. Hace a su vez un doble llamamiento para que “quien lea este reportaje se ponga en contacto con CNT Bilbao para darnos pistas sobre familiares suyos que estuvieron en aquellos campos. Y queremos colaborar con el banco de ADN del Gobierno vasco por si aparecen exhumados más cuerpos de cenetistas”, lanza el guante Astoreka.
Los cenetistas prisioneros en campos de exterminio nazis fueron diez vizcainos, siete guipuzcoanos, seis navarros y un alavés. Todos fueron hombres. “Estamos seguros de que no son todos, que hubo más. Por eso pedimos la colaboración de familiares”, insiste.
Uno de aquellos vascos fue el vizcaino Marcelino Bilbao Bilbao, con una vida digna de película porque fue trágica desde su nacimiento cuando sus padres lo tiraron al río de Alonsotegi. Acabaría siendo un experimento humano del nazi Aribert Heim, conocido como Doctor Muerte, quien le inyectó benceno en el corazón.
Vicente Moriones Belzunegui era de Sangüesa. Pertenecía a la Red Ponzán. Utilizó pasaportes falsos gracias a la habilidad de compañeros de la organización bajo las identidades de José Luis Márquez Boya o Enrique Martínez. “El 14 de octubre de 1942, debido a la traición de un amigo zaragozano, la Policía irrumpió en la casa de Ponzán, en Toulouse, y detuvo a todos los presentes, entre ellos Moriones y el propio Ponzán”, relata Antonio Téllez en Cultura Libertaria.
EN FRANCIA. A juicio de Iñaki Astoreka, estos cenetistas que cruzaron el Bidasoa durante la mal llamada Guerra Civil “huían de las bestias fascistas, tanto nacionales como internacionales, a las que habían combatido. Esos hombres y mujeres intentaron acogerse al país de la libertad y fueron recibidos como diablos que encarnaban una plaga”, valora, y va más allá: “Fueron internados en Francia en campos de concentración inhumanos y tratados como bestias, salvo excepciones. Muchos, además, fueron capaces de engrosar las filas de la resistencia, pagando con su muerte o sufriendo los campos de exterminio de Hitler”.
A pesar de su entrega total en batallones vascos de la CNT y en el resto del Estado, su ideología fue perdiendo adeptos. “Era muy difícil para aquellas personas transmitir unas ideas que estaban muy perseguidas, más con todo lo que había pasado en España con la guerra. Era un handicap, una barrera infranqueable. Por eso, hubo miedo a hablar a los descendientes sobre ello. Fuimos y somos rehenes de quienes firmaron los Pactos de La Moncloa”, analiza Astoreka.
El miembro de CNT Bilbao recuerda a otras personas que engrosan su lista, como el santanderino Luciano Allende Salazar, conocido como Toto, que protagoniza una fotografía que corta la respiración. “Es el hombre que carga en sus espaldas con un compañero exhausto”, subraya. Allende participó en diversas acciones armadas contra las tropas alemanas hasta ser detenido por la Gestapo en marzo de 1944.
“No pudieron sacarle nada y lo deportaron a Neuengamme, una antigua fábrica de ladrillo utilizada como fábrica de horror por las SS”, agrega. Murió en 1983. Tampoco quiere olvidar, por ejemplo, al bilbaino Francisco Foyo, que fue liberado de Mauthausen en mayo de 1945, o a la aragonesa Alfonsina Bueno, que fue condecorada por las autoridades británicas, estadounidenses y francesas por su participación en la resistencia. Falleció en Toulouse en 1979. Astoreka concluye orgulloso de estas figuras ya históricas: “Nuestros compañeros y compañeras fueron personas que nunca se rindieron”.