El sindicato CNT ha realizado multitud de manifestaciones y mítines el Primero de Mayo. "Somos la Clase Trabajadora la que movemos el mundo, aunque los capitalistas digan lo contrario", ha subrayado la organización anarcosindicalista. Aún así, ha hecho una reflexión sobre lo que es la clase obrera, ya que "el sindicalismo, en general, ha dejado de lado a la mitad de la población las mujeres"; por eso CNT ha proclamado que el sindicalismo ha de ser feminista para ser sindicalismo.

También ha puesto en valor el trabajo realizado por las Secciones Sindicales, "ya que son las que practican día a día el anarcosindicalismo", siempre respondiendo ante los ataques capitalistas.

Para finalizar, CNT ha hecho una propuesta al resto de sindicatos para acabar con la vergonzosa situación que están padeciendo las personas refugiadas, ya que "mediante la huelga general se puede acabar con esta situación, es posible".

Mítin en castellano: https://www.youtube.com/watch?v=yXXfcWARgJM

Mítin en euskera: https://www.youtube.com/watch?v=MUyguAb8Pjg

Aquí disponéis uno de los mitines de Bilbao transcritos:

En la televisión, los diarios, radios... Multitud de veces han dicho que la clase trabajadora ha desaparecido; que junto a la lucha de clases, era cosa del siglo XX. Hoy en día, todas somos ciudadanos, eso dicen. Si eres pobre, se emprendedora, ya que tus malas condiciones de vida son tu responsabilidad. Monta un negocio revolucionario y ultramoderno, con mucho esfuerzo, dicen que nos convertiremos en empresarios.

No voy a decir nada nuevo: esto es ideología que nos vende el capitalismo, en la que no existen clases sociales. Lo han intentado, pero no les hemos credo esta gran mentira. Desde que nos levantamos para ir al trabajo, los y las trabajadoras posibilitamos tener electricidad en casa, internet, teléfono, los alimentos que tenemos para desayunar. Unas trabajadoras nos llevarán en transporte público al trabajo; en el coche, escucharemos programas de radio hechos por trabajadoras.

Pero hemos de tener una mirada más amplia, ya que el sueldo no es el único elemento que nos hace trabajadoras. No podemos olvidar a las que trabajan sin contrato, casi todas mujeres, en cuidados. Amas de casa, pero también las que después de una jornada de cuatro, ocho, diez horas, tienen que trabajar más: doble jornada, obligadas a cuidar a los demás.

Estas también son clase obrera, aunque el sindicalismo nos haya dicho que la clase trabajadora son hombres de buzo; escondiendo todo lo que queda fuera de esa definición. Por eso el sindicalismo ha de ser feminista, para ser sindicalismo.

Antes he citado el emprendizaje. Una idea que nos ha robado el capitalismo. Los y las trabajadoras siempre hemos sido emprendedoras, un emprendizaje guiado por la solidaridad. CNT creó cooperativas, formando un contrapoder y preparando la economía del futuro, anticapitalista. Por eso la acción sindical de CNT está dirigida a socializar las empresas, a recuperarlas, fomentando la autogestión.

Pero por desgracia, no estamos a las puertas de la revolución, y tenemos necesidades. Debemos defendernos de los ataques empresariales día tras día. Es por ello que quiero resaltar el trabajo que hacen día a día las secciones sindicales, ya que ellas son el sindicato. Practican el anarcosindicalismo a diario. Reciben las represalias de las empresas, pero también son las que practican acción directa y la huelga; las que mejoran día a día las condiciones de trabajo. Todos los días se enfrentan a despidos, EREs, cierres empresariales, reducciones de sueldos, riesgos laborales... demostrando que organizarse y luchar es útil. Hotel Ercilla, La Palma, EDE Taldea, La Oka, Panda, Mediapost, Bomberos, y muchas secciones sindicales más: ¡vosotras sois el sindicato! ¡Viva vosotras y vuestra lucha!

Para acabar, me gustaría denunciar una situación que me avergüenza muchísimo. El asunto de las personas refugiadas. Hace casi 80 años, muchas personas de aquí se fueron escapando de la guerra y la represión. En el extranjero, acogieron con brazos abiertos a los niños de la guerra. Recibieron solidaridad, pero también desprecio. Escapando de la Guerra Civil, más de 550.000 mujeres, hombres, niños y niñas huyeron a Francia. Los metieron en campos de concentración: Gurs, Argelers, Rivesaltes... Les trataron como a perros. Les quisieron robar la dignidad.
Hoy día, Idomeni y Lesbos nos avergüenzan. Escapan de las guerras, como el exilio de nuestros abuelos y abuelas. Son personas, pero las maltratamos. Las metemos en campos de concentración, mientras las policías y los fascistas les pegan. Quiero decirlo bien alto: ¡Sois bienvenidas!

Pero no me voy a quedar en una mera denuncia. Como antes he dicho, la revolución no está al caer. Nosotros, los sindicatos, podemos hacer mucho para cambiar esta situación. Es posible presionar a los gobiernos para acabar con esta situación. Los sindicatos debemos llamar a la huelga; no a un paro de 24 horas, sino a la huelga, tendiendo la mano a las organizaciones sociales. A los sindicatos que tenemos aquí alrededor, Comisiones y UGT, que están aquí a tras; ELA, LAB, a todos los que se llaman mayoría sindical, les digo: aceptar el reto y hagamos huelga para acabar con esta situación, Es posible. Podemos acabar con esto. Por ello... ¡Bienvenidas las personas refugiadas! ¡Viva la lucha de la clase obrera! ¡Viva el anarcosindicalismo! ¡Viva CNT!