En la década de 1940, siendo un niño, llegó al Euskal Herria para trabajar. Tuvo empleos en la industria, muy duros; muchos compañeros sufrieron enfermedades laborales, otros murieron trabajando. Hoy Adolfo tiene 92 años. Según el Fondo Monetario Internacional, está viviendo demasiado, ya que ha estado demasiados años recibiendo una pensión y, es más, esta institución considera que esta gran esperanza de vida es un “riesgo financiero”. Madalena se ha pasado toda la vida trabajando, limpiando casas. No cotizó, pero eso no estaba en sus manos. Trabajaba en las casas de la burguesía de Neguri. Recibe una pensión no contributiva…