Ama, amatxu, “la mia mamma”, o como decía Queen, mammaaaaaaaaa uuuuuu ¡!

Quiero rendirle un homenaje a ama, ella que todo lo puede, que las piedras del camino, que los malos sucesos, que su dura infancia le hizo forjar un gran carácter y determinación para enfrentarse a la vida. Ella que ha sobrepasado los límites de la superación, que ha tenido casi todo en contra, pero no ha dejado que el viento rompa sus ramas, que sacado fuerzas de donde no las había para protegernos, que se ha recompuesto como ha podido, sola y ha salido adelante con nosotras. Ella que ha lidiado con una vida difícil y ha reconstruido su nido a pesar de haberse quedado sola, es maestra de la lucha y la superación.

Ella, que desde el momento que supo que estabas dentro suyo no ha hecho otra cosa que quererte. Ella siempre nos va a querer y cuidar con una responsabilidad y entrega inconmensurable, ella siempre estará ahí, incluso cuando el resto se haya ido o te haya dejado, cuando no sepas quién eres, cuando estés en lo más bajo. No lo hemos hecho o no nos damos cuenta, pero deberíamos reivindicar su labor, tan minimizada, tan invisibilizada incluso en algunos momentos y otros tiempos, menospreciada. Ella renuncia a muchas más cosas de las que imaginamos para criarnos y hacernos felices, incluso renuncian a sus propios sueños. Hace no tanto tiempo y hoy en día en algunas religiones no se le permite ser madre, mujer y trabajadora a la vez. Así paso el tiempo, en el que el único reconocimiento era nuestra sonrisa, nuestros logros que de hecho es de ahí de donde sacaba fuerzas para seguir adelante.

Ella es la responsable de hoy seamos adultas, que podamos tomar aire y vivir las aventuras y desventuras de la vida.

Tiene mucha generosidad y amor y nadie tiene derecho de criticarla ni juzgarla, porque asumió el único papel que le dejaron y que ha llevado a cabo con brillantez. Lucha para que nuestra vida sea mejor que la suya, para ella vernos felices es su logro personal, su premio a toda labor silenciosa que ha hecho durante muchos años, arropándonos cuando teníamos frío, enseñándonos valores, preocupándose por secar nuestras lágrimas después de momentos duros, apostando por nosotras cuando nadie lo hizo. Asume que llegará el momento en el que la marcha de su lado llegará, sentirá que se queda el nido vacío pero el corazón lleno de orgullo por vernos libres y felices.

Hace jornadas de 24 horas trabajen fuera de casa o no, por no descuidarnos ni un momento. Sufre en silencio cuando sabe que estamos mal y decaídos. Sus ojos se llenan de orgullo cuando alguien le dice que somos buena gente, se emocionaba cuando estábamos en la escuela y se sigue emocionando cuando ya somos adultas. Cuando todo parece que va mal, ella siempre está ahí. Ella nunca nos va a abandonar por mucho que le digamos que no la necesitamos…saben que cuando decimos cosas así es cuando más las necesitamos a nuestro lado.

Deberíamos dedicarle el tiempo que se merece y tener presente que como ella nos quiere, nadie lo hará.

Gracias ama, por tu valentía, por tu corazón universal, por esa entrega infinita, porque fuiste y serás refugio, mi norte, mi corazón.

Ama, gracias por estar a mi lado, porque, aunque no te lo diga, siempre estás en un rincón de mi corazón. Gracias por haberme enseñado a valerme por mí misma, a darme alas, a ser viento. Gracias por ser como eres, gracias por estar.