Segura de que lo quería, así en afirmativo, aunque en este proceso todo suele nombrarse en negativo, no querer tenerlo, no querer ser madre, no querer. Yo quería abortar, lo quiero, me afirmo, me nombro y me reafirmo, por eso escribo, porque de esto no se habla, no en primera persona. No. Hay que proteger la intimidad, protegerse ante juicios externos, sólo un círculo muy cerrado de personas pueden saberlo.
Os podría hablar de estadísticas, de leyes, de Irene Montero, y de las once de Basauri,del desmantelamiento de Osakidetza,de una campaña para blindar el derecho al borto a nivel europeo, pero todo eso ya lo sabéis y además ya está en internet.
A no ser que te lo cuente alguna mujer muy cercana, de lo que no te vas a enterar es de cómo es realmente el proceso y eso para mi fue aterrador, la incertidumbre, el miedo.
No contaba con quedarme embarazada, con las náuseas, los cambios de humor, el dolor de cabeza y de dientes. Un malestar terrible se apoderó de mí.
No lo había elegido y sentí un miedo atroz relacionado con la pérdida de control de mi propio cuerpo.
Además, hay que disimular aunque tus vísceras estén gritando. Hay que seguir trabajando, cuidando, socializando.
Estaba rara de narices, cualquiera que me conozca se hubiera dado cuenta y eso era lo que tenía que evitar a toda costa, que se supiese.
Me aislé.
Ver el positivo en el test sin desearlo es ya chungo, pero si te has hecho el test es que ya sospechas algo, con lo que quizás no cuentes es que abortar en la sanidad pública en Euskadi está totalmente externalizado si no es de urgencia. El 95% de las interrupciones voluntarias en Euskadi se derivan a clínicas privadas.
Además necesitas pasar por la matrona y puede que tu ambulatorio ya no las tenga, como es el caso del Centro de salud el Karmelo en Santutxu.
En la consulta de la matrona empiezan las preguntitas… el ofrecimiento de ayudas económicas, la charlita sobre anticonceptivos. En vez de una persona adulta tomando una decisión consciente, de repente te ves en una posición de inseguridad y vulneración total, infantilizada, como si quisieran protegerte de ti misma. Cuando nos quedamos embarazadas y decidimos tener a la criatura no se nos hace pensar tanto y eso que conlleva muchos más riesgos y responsabilidades.
Una vez has conseguido ver a una matrona esta te deriva a la privada.
En Bilbao hay dos opciones, la clínica Euskalduna y la clínica Carlton, ensanche, edificio pijo, señores cincuentones vestidos de traje y corbata, yo me crucé con Andueza el del PSOE de la que salía, no te digo más.
Entras en la clínica y te hacen dos primeras preguntas: código postal y nivel de estudios. Estadísticas, perfiles, narrativa clasista, relatos moralistas creados desde el poder. Las estadísticas, que son de acceso público, confirman lo que ya sabíamos, que todas abortamos y que la mayoría somos mujeres con ingresos, con estudios, pareja y de los veinte a los cuarenta que simplemente queremos abortar, y si no es así tampoco pasa nada porque repito TODAS ABORTAMOS, y no hay que buscar mas historias.
Después de una ecografía vaginal y dependiendo del tiempo que lleves embarazada te dan dos opciones, aborto químico en casa o aspiración con anestesia en la clínica, si llevas mas tiempo sólo queda el raspado. Desde las clínicas se suele retrasar la primera consulta, en mi caso conseguí que me adelantasen la cita que me proponían una semana.
Elegí abortar con pastillas, un comprimido de mifepristona y cuatro de misoprostol, una te la comes, y 48h mas tarde te metes las cuatro por el coño si no estás sangrando ya. Te dicen que es como una regla y también te dicen que te tomes un enantyum cada 4 h y que pongas toallas en la cama. Estas pastillas ya estaban inventadas en los 80 y se usan hoy en día con la misma composición.
Como es la privada, no te tramitan la baja laboral y los analgésicos los pagas enteritos de tu bolsillo. Para coger baja laboral necesitas hablar con tu médico, así que conviene intentar conseguir cita telefónica con ella/el cuanto antes, yo me puse muy pesada, le conté mas de lo que hubiera gustado a mas de una administrativa e intercedió la matrona para que pudiese hablar con el.
Después de tomar las cuatro últimas pastillas, al de dos horas mas o menos empecé a sentir espasmos muy dolorosos en la zona del útero, muy dolorosos,sudores, diarrea, muchísimo dolor y entonces noté como expulsaba algo, me relajé y dormí del tirón un montón de horas.
Desde luego no estaba como para ir a trabajar, aunque nadie hubiese dicho nada sobre coger la baja, tampoco como para estar sola, aunque nadie me hubiese aconsejado estar acompañada.
Diez o doce días sangrando bastante, nadie te hace una triste analítica si no la pides para controlar, yo que sé, una anemia por ejemplo.
Dejo de sangrar y al de dos días más o menos expulso un coágulo del tamaño de una mandarina pequeña. Nadie me había contado nada de esto, solo que sería como una regla.
Al cabo de 21 días desde la primera visita vuelvo a la clínica a hacerme una ecografía vaginal para asegurar que ya no quede nada, pero tampoco acaba ahí el proceso, todavía me queda una menstruación especialmente sangrante y rara.
Lo que iba a ser como una regla ya pasa del mes y todavía queda .
Es increíble que tengamos todavía que luchar por esto y hacerlo además mientras dudamos de si es normal sangrar tanto o tenemos una hemorragia y habría que ir al hospital, para acabar llegando a la conclusión de que ir a Basurto no va a servir para nada porque ya sabemos cómo está la cosa y que quién nos va a escuchar… en 2024.
Yo estuve bien acompañada, exigí atención médica, días de reposo.
Tengo una red maravillosa de compañeras feministas que me pusieron en contacto con otras mujeres que habían pasado por el mismo proceso, gracias a eso y a mi formación, a mi carácter, no me he fiado de lo que me decían, me he protegido, he hablado, he compartido, se han apagado los miedos, las dudas, la incertidumbre y la sensación de descontrol.
Me han acompañado y quiero acompañar. Si te ves en esta situación cuenta conmigo, acércate al grupo de Mujeres Libres Bilbao, ellas te pondrán en contacto, no estas sola, TODAS ABORTAMOS.