24/10/17

Doctor fascista dando clases de derecho laboral

Egilea Kami Casi

Desde las movilizaciones que tuvieron lugar el año pasado ya no es novedad para nadie que las condiciones de trabajo para el profesorado de la Universidad Pública no son las más deseables. Horas de investigación sin remunerar, cargas docentes que superan con creces los máximos establecidos por ley y dificultades para las sustituciones y relevos son solo algunos de los problemas listados por el personal académico de la UPV/EHU1.

Pero el reflejo práctico de esta realidad se ha hecho más explícito en las últimas semanas, cuando un profesor sustituto salió escoltado de la facultad de derecho en Leioa, entre abucheos del alumnado que le acusaba de fascista. El motivo no era menor. Tras una búsqueda rápida en internet, se percataron de que este profesor usaba sus redes sociales para esparcir odio, misoginia, homofobia y loas a la Falange. Mirando su perfil público en las redes, es fácil percatarse de que la ignorancia es muy atrevida: pese a ser doctor en derecho internacional, con máster en abogacía, se atreve a hablar sobre los historiadores actuales, que según él “reducen [la historia] a estadística, economía, materiales… [con la finalidad de] deshistorizar al hombre”. Atrevida ignorancia porque la historia, especialmente en la facultad de derecho donde se graduó, tiene precisamente el objetivo de contextualizar el derecho, mostrando al alumnado que no existen leyes predefinidas, ni máximas universales, sino que todo lo que conocemos y reconocemos como normativo es el resultado de un proceso histórico formado no solo por reyes y legisladores, sino también por el pueblo, que mediante mucha lucha y resistencia consigue modificar preconcepciones y valores. Así lo fue, por ejemplo, con el derecho al aborto, que este energúmeno presenta como abominación incuestionable sin considerar en ningún momento el proceso histórico que ha llevado a su reconocimiento.

Pero más allá del episodio, lo que este caso muestra es un problema más profundo que he enunciado al principio. Se trata de la capacidad que tiene la Universidad para contratar a buenos profesionales, evidentemente mermada por unas condiciones de trabajo cada vez más precarias. ¿Cómo explicar, si no, que un reciente doctor en Derecho Internacional (defendió la tesis hace apenas unos meses), haya sido contratado para impartir clases de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social? Si, por un lado, es cierto que el proceso selectivo no incluye un análisis de las opiniones personales de los aspirantes, también lo es que la precariedad laboral a la que están sometidas las trabajadoras de EHU puede haber influido en su rápida contratación: “hay una bolsa de trabajo con un orden basado en méritos académicos y docentes, valorados por comisiones que no estudian sus ideologías, y con unas condiciones laborales muy precarias, lo que hace que muchos rechacen el puesto y lo acaben aceptando personas con puestos más bajos en la lista y con una presumible menor preparación”2.

Poco queda por añadir al respecto. Desde el ámbito sindical, lo que queda es la consciencia de que los derechos de la clase trabajadora son una conquista histórica por la que se lucha diariamente, a pesar de lo que pueda decir un prepotente con título de doctorado.

1 https://www.eldiario.es/euskadi/rostros-precariedad-universidad-publica-vasca-profesores-denuncian-situacion-documental_1_10970543.html
2 https://www.elsaltodiario.com/antifascismo/alumnado-rechaza-profesor-fascista-upv