El amo americano ha venido a pasar revista a sus reservistas europeos, a comprobar su sumisión y obediencia, ninguno se salga del corral, y garantizar su continua dependencia.
De paso, perpetuar el millonario negocio de la industria armamentista, aumentando el gasto militar, al 2% del PIB de cada país aliado, y tratar de mantener, aunque más en lo aparente que en lo real, la supuesta hegemonía de Occidente sobre el resto del mundo.
Y esto, en un escenario de colapso económico, donde las economías occidentales se resienten de manera extrema tras la pandemia y la catástrofe de la guerra de Ucrania. Son más de quince los países de la UE, de un total de 27, con la inflación por encima del 10%, y subiendo imparable.
¿De dónde va a salir todo ese dinero del que hablan, toda esa inversión en armas y soldados?, pregunta de Perogrullo, como siempre, de nosotros, si nos dejamos, claro. De nuevo la eterna constante, ¿armas o mantequilla?. Si les seguimos el juego, y nos creemos sus historias, armas, si no, mantequilla.
Para asustarnos, hablan de nuevos y potenciales enemigos. El eterno, Rusia y su entorno, y el nuevo, China y sus potenciales aliados, todos países emergentes, como India, Brasil o Sudáfrica. De nuevo, la guerra fría.
El problema, es que Occidente, USA y sus vasallos europeos, aunque más el primero, siguen intentando ser los gendarmes del mundo, y en su declaración de Madrid, proclaman la intención de intervenir en apoyo de sus "intereses, seguridad y valores" en cualquier parte. Como si el resto de países no tuvieran también sus propios intereses y valores, ¿o sólo cuentan los occidentales?. Esto, además de una muestra de absoluta soberbia, nos retrotrae al pasado, colonialista y esclavista. Igual es lo que se persigue. Y no lo olvidemos, los intereses finales, son siempre económicos, la obtención de beneficios. Y, en ese juego, la mayoría quedamos fuera, no importamos.
Lo que debemos evitar, es ser los paganos de todo ese despilfarro. Cada euro que les dejemos emplear en armamento, es dinero que se quitará a servicios sociales, a los cuidados, a la sanidad, a la enseñanza, a los salarios… La eterna solución de los recortes, mientras ellos, no se cortan un pelo.
Por eso son importantes las luchas que trabajadoras y trabajadores, de todos esos países de la OTAN, desarrollamos por el incremento de nuestros salarios, de nuestros derechos laborales, de nuestra calidad de vida.
Igual que están haciendo las y los trabajadores del metal, igual que están haciendo las y los transportistas, igual que hacen maestras, sanitarias, cuidadoras, trabajadoras del comercio y la hostelería, movilicémonos en defensa de nuestro poder adquisitivo, de nuestra calidad de vida. Y lo mismo que en España, sucede en Alemania, Inglaterra, Italia y Francia, las trabajadoras y los trabajadores, la ciudadanía en su conjunto, se mueve en defensa de sus necesidades.
Y si vencen los cañones, recodad que cuando estos rugen, los muertos, lo vemos ahora mismo en Ucrania y otras partes del mundo, no son los mandatarios, los políticos, los generales, gobernantes o ricachones, éstos tienen dinero para poner tierra de por medio, los muertos, siempre, los pone el pueblo.
