05/02/2023

NUESTRAS ANTEPASADAS Y EL RECICLAR

Escrito por La Prima de Emma

Hace poco en una tienda escuché una conversación en la cual una persona se quejaba de que una señora había pedido una bolsa y la dependienta decía muy sabiamente en mi opinión; nuestras amamas y madres si quisiesen se podrían enfundar ellas enteras en bolsas de plástico porque ellas son las que más y mejor han reciclado y reutilizado siempre, y la verdad, no hemos aprendido mucho de ellas.

Quién no se acuerda de esas mujeres que iban con su bolsa a hacer las compras y la misma si llovía les valía para ponerse en la cabeza y no mojarse. Me sale una sonrisa recordándolo, o cuando se hacía un agujerito en los zapatos y te ponían un poco de periódico y a la calle.

Que no digo que hoy en día no seamos más conscientes de las cosas, pero ser jueza y verduga sin saber, pues no me parece bien.

Por ejemplo, la ropa, se pasaba de primas a hermanas y si algo se estropeaba, pues se cosía o se ponían parches. La de coderas y rodilleras (de miles de dibujos, formas y colores) que han puesto las ama en vaqueros camisas o vestidos y si no llegaba la pasta para comprar los parches, que en mi caso era lo más habitual pues se cogían retales de otras ropas y cuando ya no había manera de arreglarlo, pues para trapos. La de juego que daban las sábanas o sacos, hasta para disfraces. Viva la imaginación de estas mujeres.

Las botellas de cerveza, vino, refrescos etc…los comúnmente llamados “cascos” tu ibas con tu botella de vino y el de la bodeguilla, te lo rellenaba o si eran cascos de refrescos, cervezas, leche y demás, pues de te daban un dinerin. Que levante la mano quien no crea que esto es más ecológico, no como ahora, favoreciendo la explotación y aumento de gases en vez de limpiar.

También existía el cartonero que daba dinero a cambio de papel o cartones o el emblemático chatarrero.

Y el consumo de energía, antes por falta de recursos la gente se abrigaba más, se usaba en algunos casos la misma lumbre para cocinar y calentar el habitáculo y si bien es cierto que se destruía madera de nuestros bosques no se dependía de unos pocos controladores de gas o petróleo.

Las gomas o cuerdas elásticas también se guardaban, pues para mantener objetos unidos, para hacer un juguete que consistía en una pinza de la ropa un trozo de madera y una goma y esto era una pistola con la cual las niñas se disparaban unas a otras.

Los botones, todos se guardaban por si se necesitaba para alguna prenda que perdía el botón y aunque no fuese igual, se ponía y listo o también como pieza de juego, por ejemplo en el bingo.

Los periódicos, revistas se guardaban ya bien para esos agujeritos en los zapatos, o para cuando llegabas calada hasta arriba de agua, se metían dentro de los zapatos para que no se acartonasen y absorber la humedad, también se usaba para envolver cosas o para quemar en las chapas que había en las casas.

Los huesos de las frutas, semillas de melones y estos se utilizaban para sembrar o las cascaras de las naranjas o limones como ambientadores. La compra era a granel, las lentejas, los garbanzos etc. se compraban a peso sin necesidad de esos paquetes de plástico o cartón con impresiones a colores. Se hacía la compra casi a diario, en donde, en el barrio, lo que se llama comercio de cercanía, esto generaba que no se derrochase y la comida se echase a perder, ahora somos todas unas señoritas, eso no me gusta, a la basura, eso se ha caducado, a la basura también. Queremos caldo? Pues en vez de utilizar esas patitas de pollo o jamón para hacer sopa, lo compramos hecho, el pan duro, pues para hacer pan rallado o tostadas, el café, se hacía de puchero y para varios días. La fruta, la verdura, se compraba de temporada, las naranjas y mandarinas en invierno, melón en verano, uvas para septiembre y fresas en primavera, menos transporte, menos contaminación, no nos vamos a morir por no comer melón en diciembre.

Nos hemos vuelto muy cómodas, todo rápido, todo de usar y tirar, vivimos una vida consumista total y somos incapaces de dar una nueva vida a muchos objetos y ropas, nos sale más barato comprar un “algo nuevo” que repararlo.

Creo que todas ellas nos han demostrado más conciencia ecológica que la nuestra. Reflexionemos y aprendamos un poco de ellas, nuestras grandes mujeres.