11/05/2023

LOS FELICES 80

Escrito por La Prima de Emma

Escrito por "La Prima de Emma"

Allá por el final de los 80 comienzo de los 90, cuando era niña…que nostalgia.

Que bonita aquella niñez, que creo, tuve la suerte de vivir, cuanto todo eran juegos en la calle, con pocas actividades extraescolares, cuando teníamos tiempo de vivir, de hacer amigas y amigos, de compartir lo poco que teníamos, cuando un simple helado o flas nos hacía tan felices, aquellos años no volverán como las “oscuras golondrinas”.

Recuerdo por las mañanas antes de ir al cole, desayunar mi hermana y yo juntas con ama escuchando la radio, el programa “La saga de los Porretas” sobre todo me acuerdo de Segismundo el aitite creo recordar.

También antes de ir al cole, pasar por la panadería y comprar si era posible un bollo, que claro, mi hermana y yo intentábamos colársela a la tendera diciéndole que ama nos había dado permiso para comprar un “tigreton” o una “pantera rosa” que luego pasaba ella a pagar. Ains! que inocentes éramos, mi ama ya le tenía dicho, que palmera o bollo de mantequilla, pero que quieres que te diga, no dejaba de ser bollería, pero los tigretones o panteras rosas, siempre llevaban algo, una pegatina, un tatuaje de esos que nos poníamos con la saliva o cualquier chorradita que nos hacía más ilusión que otra cosa.

Al mediodía salíamos a casa a comer, porque eso de comedor escolar era muy raro y aunque existiese, yo en mi cole público igual no, además eso de comer toda la familia junta, al menos en mi caso era siempre, entre semana cuando salíamos de clase coincidía cuando mi aita venía a comer y lo hacíamos juntas y el sábado y domingo un poco más tarde, pero también juntas. Hablábamos de nuestras cosas en clase, mi aita y ama, supongo de cosas suyas. Después de comer, vuelta al cole hasta las 17:00 y al salir, como almas que llevaban el diablo a casa a por el bocadillo, bajar a la plaza a jugar con el resto de niñas y niños, y ahí no había rangos de grupos por edad, que va, allí jugamos todas juntas, al balón, al escondite, al campo quemado, a la goma, a cualquier cosa, pero en la calle y viva la imaginación mientras comíamos el bokata. Pero sólo un rato, porque sobre las 17:45 empezaba Barrio Sésamo, como molaba, Espinete, ese erizo rosa gigante, Don Pimpón, Txema el panadero, Triki el monstruo de las galletas, El Conde Drácula, con su forma de contar los números con truenos, con Coco aprendiendo a “ahora estoy cerca, ahora estoy lejos”, Epi y Blas, bueno un sinfín de graciosos personajes que nos divertían y con los que aprendíamos como el programa de “Erase una vez la vida” y después de cenar ver a “Casimiro” para lavarnos los dientes y a la cama tan contentas.

Y los viernes tarde-noche, El un dos tres, donde siempre había personajes muy divertidos, como Naranjito, Botilde, el Chollo y el Antichollo, y donde se podía llevar, el “coche” el “apartamento en Torrevieja” o al contra, pues una bolsa llena de papeles o cosas sin ningún valor.

El fin de semana nos molaba mucho la Bola de Cristal con Alaska y los electroduendes, Santiago Auseron y un sinfín de curiosos personajes, también la mítica serie “Verano Azul” “Cajón Desastre” “Sabadabada” “Alf” ese genial extraterrestre o las películas del Oeste.

Cuando en verano y en día festivo te compraban un helado y esa emoción con la que lo comíamos para ver si nos tocaba premio “otro gratis” esa cara de ilusión no la supera ninguna Tablet, móvil, consola, ni ningún aparato electrónico de hoy día.

En definitiva, yo no digo que hoy en día no sean felices pero la capacidad que teníamos antes para imaginar o inventar juegos, la socialización que teníamos, la capacidad de hacer amigas y amigos, eso no creo que vuelva y es una lástima porque considero, éramos más felices con mucho menos.