27/02/2021

Escuelas infantiles

Escrito por Itsaso

Los sindicatos cifran en un 70% la huelga en el Consorcio de Escuelas Infantiles que ha tenido lugar durante los días 22, 23 y 24 de febrero. Anteriormente, este mismo año, se convocaron otras dos jornadas de huelga los días 25 y 27. Por supuesto, como suele ocurrir en estos casos, para torpedear un poco, se han establecido servicios mínimos abusivos, ninguneando la huelga y a quienes reivindican sus derechos y SOBRE TODO el bienestar de la infancia, mientras Gobierno Vasco, ¿qué duda cabe?, no ha dicho ni pío. ¿Qué se exige? Me alegra que me hagas esta pregunta. Te cuento:

En primer lugar, se pide la gratuidad. “¿¡Cómo!?” —pensarás— “¿¡Que a las familias les dan bajas de maternidad y paternidad que son una mierda pinchada en un palo, y además de obligarles a volver a trabajar dejando criaturas de 4 meses que no han pasado ni su proceso de exterogestación, tienen que pagar dinero como si necesitar ser cuidadx fuera un privilegio y no un derecho!?” ¡Efectivamente! ¡Así es! Y ojo-cuidao, porque si la criatura se alimenta, ya ves tú qué necesidad tan tonta, el comedor no entra en el precio y se va sumando a la cuota. ¿A que suena a lo típico que cuentas de Estados Unidos o de la Ley de la selva? Pues no lo es. Esto pasa aquí. La realidad supera la ficción.

En segundo lugar, se pide la integración del Consorcio de Escuelas Infantiles en el Departamento de Educación. Y una vez más, si no estás muy al tanto en este tema estarás pensando: “¿¡Y si la EDUCACIÓN infantil Pública no está en el Departamento de Educación, DÓNDE ESTÁ!?” ¡Ahá! ¡¡Esa es la pregunta del millón!! Se ve que todavía lo de usar el palabro guardería sigue tirando, y por mucho que se haya repetido hasta la saciedad que la educación y los aprendizajes empiezan desde los 0 años, sigue habiendo quienes ven estos Centros Educativos como esas taquillas donde si metes un euro, te guardan la bolsa en Eroski: o sea, aparcamientos de bebés para que la clase trabajadora pueda ir a picar a la mina.

En tercer lugar, como es lógico, se pide acabar con la temporalidad y estabilizar los puestos de trabajo de las plantillas. Porque supongo que nadie en sus cabales quiere que la persona que cuida de su quasi-neonato padezca condiciones precarias, una situación laboral inestable, y que vaya de un lado al otro sin saber por dónde le pega el aire esta semana. Si la infancia en términos generales necesita una estructura con figuras que le transmitan apego seguro y confianza, huelga decir que en la etapa de los 0 a los 3 años esto es absolutamente vital.

En cuarto lugar, se pide la incorporación de las Escuelas Infantiles en la provisión de Equipamientos de Protección Individual que lleva a cabo Osakidetza en los Centros de enseñanza pública. Llamadme exagerada, pero me da la sensación que pedir algo tan básico como esto, sobre todo en tiempos de COVID no es una reivindicación, sino ser responsable. ¿No?

En quinto lugar, ¡fíjate qué cosa tan descabellada!, se pide la subida del presupuesto para la Educación Infantil, porque ratear en cuestiones que tienen que ver con la infancia, los cuidados y la educación, es simple y llanamente negligente.

Y por último, pero no por ello menos importante, sin entrar ya en que las plantillas, obviamente quieren mejoras en sus convenios o el respeto y cumplimiento de acuerdos ya existentes, se le pide al consejero de Educación, al excelentísimo Jokin Bildarratz, que de una Santa vez se pronuncie con transparencia y se comunique con claridad sobre lo que depara a las familias que han visto su situación económica-vital afectada por la pandemia mundial que estamos viviendo, y que, INSISTIMOS, empiece a ponerse las pilas para garantizar la gratuidad de un servicio tan de primera necesidad como es este. Pero claro, esto último es como hablar con una pared de hormigón, porque ya se sabe que comunicarse sin trampa ni cartón es difícil cuando eres un cargo político, y sólo se les permite decir vaguedades genéricas, a no ser que estén en campaña electoral.

En fin, hoy no me voy a enrollar más: mi apoyo incondicional a las huelgas de las Haurreskolas, para conseguir una Educación Infantil universal, gratuita y de calidad.