14/05/2023

CHORIZO DEL PUEBLO

Escrito por Inma Iglesias Guerra

Escrito por "Inma Iglesias Guerra"

En esta ocasión había pensado escribir sobre niñofobia y capacitismo, dos términos que el propio ordenador subraya en rojo porque no tiene ni puta idea de lo que significan, y que yo venía dispuesta a iluminaros; pero tendremos que dejarlo para la próxima porque la actualidad manda, y estando tan cerca las elecciones he pensado que mucho mejor escribir sobre ese embutido glorioso que cuando es del pueblo aún es mucho mejor. El chorizo.

El chorizo de mi pueblo se llama Gerardo Ayo y es un ilustre miembro del partido, con un hermano que trabaja en Diputación y con otro que ha regentado durante muchos años el batzoki de mi barrio; y no sé más cosas de su familia porque tampoco estoy yo en su círculo más estrecho, pero sirva esta muestra para que os hagáis una idea de por dónde nos estamos moviendo.

Este señor, por obra y gracia divina (como Carlitos el de Inglaterra) fue nombrado en 1991 director gerente del Organismo Autónomo Casa Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Basauri (mi pueblo); una institución que engloba la gestión de siete centros distribuidos por el pueblo y gestor del teatro municipal Social Antzokia. Además Gerardo Ayo fue presidente de 2007 a 2011 de la Red Española de Teatros, Auditorios, Circuitos y Festivales de titularidad pública. Ahí es nada, un chorizo tan vasco presidiendo cositas en España, vaya, vaya… parece que no le importaba tanto eso del estado opresor.

En fin, a lo que vamos, el chorizo Ayo fue director gerente desde 1991 hasta 2020; 29 añitos en los que hizo y deshizo lo que le dio la gana, en los que gobernó su cortijo como un señorito andaluz, dio de comer a sus amigxs y se cargó todo lo que molestaba a sus intereses, que a día de hoy es evidente que no tenían nada que ver con la cultura. Es muy vergonzoso que esto se haya permitido, cuando era de sobra conocido que este señor no era trigo limpio.

Una de sus más asquerosas ejecuciones fue cargarse la escuela de teatro de Basauri; esta escuela fue un proyecto de un grupo de teatro (Tarima), que allá por los primeros 80 empezó a dar teatro como extraescolar por los colegios de Basauri y que más tarde presentó al ayuntamiento un proyecto de escuela de teatro oficial y homologada en la que se empezó a formar gente como Alex Angulo, Itziar Ituño o Unax Ugalde; pero más allá de los nombres conocidos era un proyecto por el que pasamos mucha gente de Basauri y que en una época en la que las cosas en un pueblo obrero y fundamentalmente inmigrante no eran precisamente fáciles, nos dio mucha luz y alegría. Cuando se construyó el actual Social Antzokia, se hizo un anexo en el que iban la escuela y las oficinas; y ahí es cuando empezó la cruzada del chorizo Ayo para terminar con ese foco de perversión y librepensamiento que él desde su atalaya no podía controlar. Sus argumentos para acabar con la escuela fueron entre otros, que se hacía ruido y que la gente andaba por la escuela medio desnuda, y así en el 2001 consiguió quitarse a toda esa panda de hipys sucios de encima, y la que era la escuela de teatro más antigua de Euskadi bajó su telón.

Este ha sido el modus operandi del chorizo Ayo a lo largo de los años; hasta que en 2020 este señor fue denunciado acusado de un delito continuado de estafa y se inició una investigación para saber si era cierto que podía haber recibido pagos por duplicado por parte del Gobierno Vasco mientras ejercía sus labores como director de la Kultur Etxea de Basauri. El Ayuntamiento le abrió un expediente disciplinario, fue apartado de su puesto y se dio cuenta de la investigación al Ministerio Físcal , quien confirmó la existencia de indicios de delito y presentó la denuncia ante el juzgado. El juzgado de Instrucción número 5 emitió un auto judicial en el que se determinaba la existencia de gastos presuntamente recibidos de forma indebida entre los años 2007 y 2017 por un valor de 41.244€, y fijó la vista oral para el próximo 9 de junio. Aunque la oposición consideraba que esos gastos podrían alcanzar los 148.596€ ya que sostienen que el chorizo habría cobrado de varias instituciones públicas por hacer el mismo trabajo, acudir a ferias a visionar espectáculos que luego se programaban en el teatro de Basauri.

Así las cosas, esta semana sale en prensa que el chorizo Ayo no se sentará finalmente en el banquillo porque ha alcanzado un acuerdo con la fiscalía para evitar la cárcel, ha reconocido los cobros indebidos y ha prometido abonar íntegramente el importe reclamado al consistorio basauritarra. El ayuntamiento se da por satisfecho y aquí paz y después gloria.

Y el 28 hay elecciones y en mi pueblo volverá a ganar “el partido”, porque nos gusta tanto el chorizo del pueblo que no nos damos cuenta de lo malo que es para la salud.