15/03/2023

APUNTES APRESURADOS

Escrito por Gonzalo Mañes

Escrito por Gonzalo Mañes.

 

Es ahora, precisamente, a las cinco menos diez de esta tarde risueña, casi primaveral, sin celaje que nos esconda el azul marino del cielo, que me acabo de acordar que es mi turno de escribir un artículo…y eso de improvisar un texto, por muy breve que sea, tiene su oficio del que yo no tengo más que los rudimentos, profesión de leguleyo obliga… y para empezar por algún lado, nada mejor que el caso de un compañero de Extremadura al que después de quince años de servicios leales, la administración pública concernida ha decidido, siguiendo un procedimiento opaco y discutible que le ha impedido presentarse al proceso de estabilización, ponerle de patitas en la calle con la magra indemnización de un despido objetivo.

El caso, complejo en la medida en la que se superponen diversas acciones judiciales interpuestas por el interesado y que podría apuntar a una vulneración de la garantía de indemnidad o, dicho más claro, a una represalia por su actividad reivindicando desde hace años su estabilidad laboral, nos ha obligado, y hablo en plural porque hemos intervenido los tres abogados del gabinete, a pasar una semana a uña de caballo, casi en vela, relevándonos en la labor, para llegar a interponer un Recurso Contencioso Administrativo por un lado y una demanda Contenciosa por el otro, además de las cautelares “inaudita parte” y todo ello en menos de tres días…Y cuando creíamos que habíamos terminado, se suma ahora la impugnación del despido: no se ha escatimado, ni el tiempo, ni el esfuerzo ni la dedicación…ahora solo nos cabe esperar y cruzar los dedos…

Siguiendo con esta crónica un tanto descosida, seguramente habréis leído la reciente sentencia del Tribunal Supremo que cierra, provisionalmente, la vía de acumular los dos permisos de maternidad en los casos de familias monoparentales, en un solo progenitor. Hace unas semanas, una compañera me planteó su deseo de disfrutar las dieciséis semanas restantes, preparando un escrito solicitándolas y el jueves, al conocer la resolución, me envió un correo, de desaliento, en el que me expresaba su opinión de una manera muy clara: “esto significa que se acabó la esperanza, no?”…a lo que respondí que no, que es ahora cuando el combate comienza, que no podemos plegarnos, como no lo hicimos en el pasado, a un criterio del Supremo que ignora principios básicos como que es el derecho del menor a disfrutar, por igual, la presencia de sus dos progenitore lo que defendemos, y en defecto de dos, que se acumule en uno la totalidad del permiso, opinión defendida por diversos Tribunales Superiores, y que privarle de las treinta y dos semanas sería discriminarlo, ignorando la importancia decisiva de este tiempo para su equilibrio emocional…Vamos a seguir adelante, le dije, y como en otras ocasiones, si hay que atravesar los Pirineos, lo haremos, que la justicia tiene que ser justa y es nuestra obligación hacer todo lo que esté en nuestra mano para que justicia material y formal coincidan y se confundan.

Ha habido más asuntos, así, una cascada de demandas interpuestas por una sección sindical denunciando la discriminación que han sufrido en la afectación de sucesivos ERTES y, también, y con esta misma sección, la preparación de una demanda que en breve contamos interponer y que, si todo va bien, puede dar que hablar…ahora toca currar y esperar.

Y finalmente, conforme con el refranero de que no hay dos sin tres, nos han estimado la tercera demanda de fijeza laboral de una empleada pública, una inmensa satisfacción al tratarse de tres compañeras que han dedicado toda su vida profesional, más de treinta años, a la educación pública y que con estas resoluciones alejamos de sus cabezas la amenaza de un despido objetivo.

Y podría seguir escribiendo, pero mañana viene un lunes bien cargadito y, hay que preparar, como el estudiante que fui en otro tiempo, los deberes…os dejo pues y hasta la próxima cita que será ya en los albores del verano que se insinúa…hasta entonces, como escribía alguien que echo de menos: sed felices (o, al menos, intentadlo).