Una vez más, otra vez más, vuelven a surgir nuevas ediciones sobre la actuación de los/as anarcosindicalistas en la revolución ibérica del 36 y más allá.

La editorial Virus acaba de reeditar “El eco de los pasos” de García Oliver, y por otro lado Agustín Guillamón publicaba el año pasado “Ecos y pasos perdidos de Juan García Oliver”. También se publicaba hace poco otra obra sobre el polifacético Laureano Cerrada, “Café combat”, donde el encumbrado Lucio Urtubia no sale muy bien parado. Además, no hace mucho salió un nuevo libro sobre Angel Pestaña, el reformista del Partido Sindicalista a la par que se estrenaba una película sobre Federica Montseny.Si todos estos nombres no te dicen nada, por favor acude a tu biblioteca más cercana.

Hay aristas y personajes por todos lados, y no pocos dejaron sus memorias escritas tal y como nos enseñó Kropotkin hace millones de años. Fueron gente que estuvieron en primera linea y tuvieron que tomar decisiones pólemicas y controvertidas en medio de una guerra. Con lo que eso supone. ¿Qué decisiones tomarías tú en una guerra? ¿Y en una revolución?

Tienes amigos y amigas en otras ciudades, ¿verdad? Ahora imagínate que caen en campo contrario y están todos muertos, tras haber sido torturados. Y tú, tu tienes que seguir tomando decisiones vitales, muchas veces contradictorias. Como decía, en los últimos tiempos han salido varias publicaciones a la palestra. Más y más páginas revisionando la actuación de unos y otras. Pero, tú...tú...¿Dónde estarías?

Se puede hablar con el peso del tiempo, sabiendo las respuestas, claro. Tú sabes lo que pasó ahora, pero ellos y ellas no lo sabían. Desde tu pantalla del ordenador, sentado cómodamente es muy fácil saberlo todo. A pesar de todo, el juicio que se hace desde el siglo XXI al siglo XX deja en buen lugar a los anarquistas, ya que siempre perdieron y recordemos que la URSS ya no existe.

Por supuesto que siguen habiendo críticas desde dentro del movimiento, y muchas veces son necesarias, pero te repito...¿Qué hubieras hecho tú?

Se puede criticar a la Montseny. Yo el primero. Pero la tía estaba donde estaba. Y nosotros/as no estamos donde ella estaba. Y es que la movida fue muy gorda, ni siquiera nos lo podemos imaginar. Imaginaros que los albañiles son cultos, vegetarianos y nudistas. Así, en masa. La movida es que fue muy gorda. Y sin embargo, vamos a revisionarlo todo. Por supuesto, como ya apuntaba antes tiene que haber una autocrítica, pero tener en cuenta, si us plau, que no estábamos allí. Se me caen los cojones solo de pensarlo. Joder, eran humanos, tal y como tratamos de serlo nosotros/as. Y el humano comete errores. Y el humano tiene que vivir. Y muchas veces se vive como se puede.

El exilio fue una debacle. Fueron 40 años, y ellos y ellas seguramente pensaban que volverían al estado en dos días, pero no. 40 años de exilio te deben machacar, se corroe el óxido, se te pudren las muelas. En Historiografía se habla de Presentismo. Esto es juzgar el pasado con los valores del presente. Por esa regla de tres, García Oliver es un machista, Laureano Cerrada un mafioso y la Montseny una lianta. Pero no estábamos en 1936, estamos en 2022 y lo que hoy tenemos claro, entonces no era tan claro. Se estaba construyendo lo que hoy somos. Tened en cuenta, que sin ellos no seríamos. Somos lo que somos, porque fueron.

Hace poco pregunté en un chat de amigos y amigas que qué harían si estallase una guerra ahora mismo en el país. Casi todo el mundo respondió que huirían con su familia por la frontera. Pues ellos y ellas se quedaron, tomaron las armas y encima colectivizaron campos y fábricas. Y tuvieron que tomar decisiones polémicas, claro, pero dentro de un contexto bélico.

¿Qué haríamos nosotros/as?