Texto de opinión de Endika Alabort Amundarain.
En las siguientes líneas tenéis las palabras leídas tras la manifestación de Bilbao.
No es fácil comenzar a hablar un día como este. A mí, al menos, no. En mi mente el Primero de Mayo es un día de lucha, y así lo vivo. En mi entorno militante, es así.
Pero, en los lugares donde trabajamos, a menudo, es un día más de fiesta para los y las compañeras, sin más.
Cuando pienso en el sindicalismo, es la concreción práctica de la lucha de clases. Al mismo tiempo, es la forma de autoorganización del proletariado, sin mediaciones.
Allí donde trabajamos, a menudo, el sindicalismo es simplemente el comité de empresa. Los sindicalistas son quienes firman los acuerdos. El sindicato es la cuota que se paga por unos servicios. Muchos compañeros y compañeras de trabajo no lo ven como algo propio, como algo que no les pertenece.
La lucha anti-sexista, el combate contra el cambio climático, el problema de la vivienda… son problemas que se pueden abordar desde el sindicato. La base del sindicato, el centro, es el trabajo, pero, empezando por ese eje, se pueden abordar y llegar a todos los demás. El sindicato es más que una herramienta para mejorar las condiciones laborales.
Entre muchas de nuestras y nuestros compañeros de trabajo, en cambio, el sindicato sólo sirve para mejorar las condiciones laborales. Para los otros problemas, en opinión de muchos, hay que plantear luchas independientes.
De un vistazo, parece que hay una ruptura. Una minoría consciente que ve y denuncia los errores, las debilidades de las demás. Y una mayoría que está hecha un lío. Que no defiende sus intereses de clase.
A alguien que se encuentre en este punto, le diría que se detuviera por un momento. No necesitamos nuevas vanguardias, aunque las vistamos de anarquistas. La clave para combatir estas actitudes es organizarse en el trabajo. Organización sindical. Organizarse en el trabajo es como una buena bofetada de realismo para los amantes de la charlatanería revolucionaria; éstos acaban sintiéndose más cómodos en sus espacios seguros.
Organizarse en el trabajo es salir de una situación cómoda. Comprender la situación, actitudes, respuestas de nuestras compañeras de trabajo. Muchos conflictos entre compañeras de trabajo son generados por las propias empresas, actúan contra nosotros.
Hay que identificar dónde se encuentra el conflicto, para fomentarlo, para hacer visible la lucha entre el trabajo y el capital, pero tratando casos reales. Para alinear a nuestras compañeras de trabajo en defensa de nuestros intereses, de los intereses de los y las trabajadoras.
No es un trabajo fácil. No es un trabajo individual, sino colectivo. Por eso necesitamos organización. A través de las secciones sindicales. No tenemos por qué ser amigos, seguramente tendremos que hacer trabajo sindical con compañeras que no nos caigan especialmente bien. Pero así es en la vida, así es en el sindicalismo.
Este es el modelo del CNT, el sindical. Que requiere un trabajo de organización. La habitual brecha entre militantes y trabajadores que he mencionado al principio, son consecuencia de estrategias empresariales. No debemos olvidar esto. Y es superable a través de la organización sindical.
Afortunadamente, la lucha de clases ha vuelto al centro del debate. El aumento sin fin del coste de vida es una pérdida para nuestra clase. La mayoría de los y las trabajadoras somos cada vez más conscientes de ello. Cuando la crisis continua se convierte en un modo de vida, mediante el trabajo sindical se nos muestran los límites del capitalismo. Y, como siempre, la solución parlamentaria ha sufrido un rotundo fracaso al no poder ni siquiera cumplir su pequeño programa reformista.
Ahí, en el último congreso, CNT ha ahondado en su vía sindical. Mejorando las estrategias para trasladar la propuesta anarcosindicalista a los centros de trabajo; dando el visto bueno a una caja de resistencia para promover conflictos y huelgas. Más implantación en los centros de trabajo. Apuesta por organizar a nuestras compañeras de trabajo a través de las secciones sindicales.
Es el momento de demostrar la independencia de clase. Y en ese contexto de multi-crisis, la situación empeorará; debemos abordar el debate sobre la producción: plantearnos quién seguirá produciendo todo lo necesario para la sociedad del futuro.
Para afrontar este gran reto necesitamos organización; organización de clase; organización sindical. Organizar secciones sindicales para sobrevivir en el trabajo, pero también para pasar a la ofensiva: para decidir nuestro futuro nosotras mismas, para que la clase trabajadora decida su futuro.
Porque sólo heredaremos ruinas. Tenemos que construir un mundo nuevo, compañeras. Y eso, empieza mañana mismo. A través de la organización sindical.