Artículo original publicado en el diario The Guardian.
La sindicalista de base Nicole Vosper ha profundizado en el tema del "burnout de campaña" en su sitio web. En este artículo, analiza algunos de los problemas que plantea la organización de compañeros de clase media.
Tengo muchos amigos y compañeros de clase media a quienes adoro, esta publicación ciertamente no está dirigida a todos. Pero después de años y años de organización, enfrentando frustraciones similares, y después de muchas conversaciones entre compañeros de clase trabajadora, quiero escribir sobre lo que es agotador de trabajar con algunos activistas de clase media.
Es importante señalar que estoy escribiendo esto como una mujer cis blanca en Inglaterra y soy consciente del privilegio que conlleva. Me preocupa que este artículo provoque una reacción violenta, por lo que le pido a las personas de clase media que se sientan ofendidas por este escrito que quizás es mejor que hablen con otras personas de clase media y no me envíen a mí un correo electrónico al respecto. Por una vez, por favor, solo escucha y reflexiona.
Además, porque quiero ser lo más constructiva posible, al final de la publicación he enumerado algunos de los rasgos característicos de las amigas y organizadoras de clase media que no me cabrean.
De todos modos, aquí va ...
Lo que me cansa al organizarme con compañeros de clase media
Me cansa hablar de la clase trabajadora como una masa homogénea. Asumir que ciertos estereotipos culturales son de clase trabajadora y otras no lo son, es molesto. Del mismo modo, hablar de las personas de la clase trabajadora como si fuera escoria, ovejas o personas con el cerebro lavado es condescendiente y elitista. Hablar acerca de cómo puedes "llegar" a la clase trabajadora también es problemático.
Romantizar ciertos aspectos de la cultura de la clase trabajadora es agotador, cuando crecer sin estabilidad financiera es lo menos romántico que hay. Del mismo modo, fetichizar la pobreza, como si fuera un juego o una aventura, es un insulto para las personas que no tienen otra opción. Sentirme juzgada porque realmente quiero un medio de vida para no tener que revivir el infierno de no tener comida en el frigorífico es agotador. A diferencia de las personas de clase media, no tenemos una red de seguridad. No podemos interpretar al romántico anarquista pobre durante diez años y luego heredar la propiedad. Coquetear con la pobreza como una opción de estilo de vida no es lo mismo que crecer en la pobreza.
Hablar de personas de la clase trabajadora, como si nosotras fuéramos el problema, como si nuestras elecciones de estilo de vida fueran determinantes de varias formas de sufrimiento sistémico, es totalmente irritante. Es políticamente ingenuo y peligroso.
Quizás una de las experiencias más deshumanizadoras en la vida sea ser tratada como una especie de sujeto / objeto de estudio para los académicos. He dejado una conferencia relacionada con las prisiones llorando por esto. Ser convertida en un elemento de análisis o utilizada para avanzar en la carrera de alguien es sombrío. Eso me ha alejado del mundo de la academia para siempre (de todos modos, para mí no había manera de entrar).
Tú esperas que yo, y otras personas de la clase trabajadora, nos entusiasmemos con tus proyectos, campañas e iniciativas cuando no son relevantes para nuestras vidas. Nos enfrentamos a barreras mucho más grandes para organizarnos, pero de alguna manera estamos destinadas a hacer un montón de trabajo adicional además de lo que la supervivencia diaria exige. En general, nos estamos organizando además de ser cuidadores, o padres y madres, o apoyando a compañeros y compañeras en prisión, o recuperándonos de un trauma, del alcoholismo, del abuso de drogas y violencia de género que quizás tú no hayas experimentado. (Sé que no todas las personas de clase media han tenido una buena infancia, solo estoy tratando de resaltar un patrón). A menudo no existen estructuras para apoyarnos a participar, como gastos de viaje, cuidado de niños y niñas y comida en las reuniones.
A menudo juzgas nuestras elecciones de estilo de vida y tomas posiciones de superioridad moral. Uno de mis estudios científicos favoritos fue el que mostró que las personas que viven de las ayudas sociales tenían una huella de carbono más baja que los consumidores éticos de clase media.
Es alienante y desempoderante cuando las personas de clase media hablan de experiencias como si fueran completamente universales. Pasé todo un fin de semana con gente hablando repetidamente sobre qué viaje internacional iban a hacer a continuación. En serio, parece que vivimos en diferentes planetas. En extensión de esto, un patrón común que he observado en los últimos 15 años es que las personas de clase media tienen más probabilidades de ofrecerse como voluntarios en el extranjero o hacer cosas emocionantes, como ir al Sea Shepherd o ir a vivir en un árbol para protestar en el otro lado del mundo. O participar en sombríos proyectos coloniales como pintar paredes de escuelas en África o lo que sea. Hay una falta constante de participación en cualquier tipo de organización de base o comunitaria en el Reino Unido y, una vez más, a los organizadores de la clase trabajadora se les deja todo el trabajo para hacer (y luego se los juzga no lo suficientemente radicales).
Las personas de clase media pueden tender a dominar las reuniones, especialmente en eventos públicos. Hay una sensación de derecho de que todo el mundo necesita escuchar su opinión y tú tienes todas las respuestas. ¿Alguna vez has intentado escuchar? Las personas de clase media también pueden tender a dominar los movimientos y perpetuar una posición privilegiada de no violencia. He estado en campamentos de protesta en los que estas personas parecían enamoradas de la policía y las estructuras de poder.
Es agotador y frustrante cuando se descarta a posibles compañeras debido a su lenguaje, antecedentes o comportamiento, parece que nadie se acuerda de que lleva tiempo aprender y desaprender cómo actuamos. Si no hubiera tenido una autoestima tan sólida, habría abandonado todos estos movimientos hace años. Es agotador cuando las personas de clase media hacen comentarios sobre nuestra escritura, gramática o lenguaje, sin apoyarnos ni ayudarnos. No todos han tenido el mismo nivel de educación. También es muy condescendiente cuando hablas como si no fuéramos inteligentes porque no tenemos un título universitario. En mis primeros años de organización, muchos hombres de clase media me explicaban cosas asumiendo que yo no sabía lo que querían decir.
Es agotador cuando aprovechas tu privilegio en respuesta a la represión, ya sea obteniendo ayuda de personas que conoces en posiciones similares de privilegio, o simplemente porque tienes apoyo financiero en tu vida, lo que significa que puedes concentrarte en el trabajo legal. No piensas en las repercusiones que esto puede tener en las personas que no pueden jugar esta carta.
Y finalmente, lo que he observado una y otra vez es esta necesidad inherente de que las personas de clase media censuren, controlen y medien las emociones. Existe un profundo miedo al conflicto, perder el estatus y el control. Me han dicho que esté menos enojada en las manifestaciones, que sea menos emocional en los eventos y más seria. Deja de decirme cómo sentirme. Cuando has tenido una vida de profesores, trabajadores sociales y agentes de condicional que le dicen cómo debe actuar, tú no necesitas el mismo comportamiento mediador de la clase media en tus colectivos.
Entonces, ¿qué tiene esto que ver con el quemarse?
Estar constantemente con estas cosas es agotador. Nunca sentir que encajas es desempoderar, aislar y alienar. Es difícil sentirse apoyado por personas que no comparten tu realidad. Pierdes afinidad con las personas, los grupos y las redes y es más probable que te agotes y abandones.
Combatir al Estado es bastante difícil si no tienes una maraña de derechos de clase media. Y como resultado, estos movimientos no me ofrecen nada que pueda mejorar mi vida de manera realista o facilitar la supervivencia en el capitalismo.
Como dije al principio de la publicación, trabajo con algunos compañeros de clase media a quienes adoro. Traté de pensar en lo que los hizo diferentes:
Son totalmente conscientes de su privilegio. Son honestos al respecto. No intentan ser algo que no son.
Son empáticos, pero no juzgan ni son condescendientes. No pretenden haber vivido una vida diferente a la que tienen.
Asumen riesgos y realizan trabajos de primera línea que amenazan su privilegio. No esperan que sea responsabilidad de nadie más. Del mismo modo, también hacen el trabajo aburrido que no es visible.
Aprovechan su privilegio para apoyar a otras. Eso podría ser prestarle dinero a alguien o darle un lugar gratis para quedarse por un tiempo. O podría ser mentor informal de alguien para mejorar su escritura.
Son conscientes de su discurso y comportamiento, cómo expresan las cosas para no ser ofensivos.
No dominan las reuniones o movimientos o no piensan que tienen todas las respuestas.
Prácticamente apoyan a las personas a participar al ser militantes en cuanto a que los eventos y actividades están estructurados teniendo en cuenta a las personas a que tienen necesidades (cuidado de niños y niñas, gastos de viaje). Sobre este tema, nadie da nada por sentando.
Espero que la gente encuentre esto constructivo, más que crítico.