En la década de 1950, el recién fallecido economista Kenneth Arrow elaboró un teorema que, según muchos economistas ortodoxos, puso un fundamento matemático a la "Mano Invisible" de Adam Smith.
El teorema muestra - en un modelo abstracto - que las productoras y las consumidoras pueden igualar sus deseos perfectamente, dado un conjunto particular de precios. En esta atmósfera improbable de "equilibrio general", la actividad económica podría tener lugar de manera eficiente sin ninguna coordinación central, simplemente como resultado de personas siguiendo su propio interés. Lo han utilizado economistas para defender la desindicalización y la globalización, todo en el nombre de eliminar "fricciones" o "distorsiones" que impiden que los mercados logren ese equilibrio.
Sin embargo, el teorema tiene multitud de condicionantes; Arrow mismo reconoció que eran más importantes que el propio teorema: sólo funcionaba en un mundo perfecto; el equilibrio es sólo uno de muchos estados posibles y no hay ninguna razón para creer que la economía tendería al equilibrio. Aún así, economistas han utilizado este teorema. De esta manera, la solución a problemas económicos siempre han sido "eliminar obstáculos": privatizar, liberar mercados o flexibilizar el trabajo.
Esta perversión no es culpa de Arrow, él simplemente probó un teorema matemático y pensaba que el teorema ilustraba las limitacio-nes del capitalismo. Como dijo: "En una sociedad capitalista, el poder económico está muy desigualmente distribuido y, por lo tanto, el gobierno democrático es inevitablemente una especie de farsa ".
Extracto del artículo: https://www.bloomberg.com/view/articles/2017-03-09/the-misunderstanding-at-the-core-of-economics