18/05/2021

Desahogo

Escrito por Rakel

¿No tenéis la sensación que no dais a basto con el bombardeo (des)informativo, al que estamos sometidas? Que no hay tiempo para pararse a comprender y entender las noticias que nos llegan, solo leer por encima y pasar a la siguiente, sin tiempo de analizar y preguntarte el porqué.

¿Por qué me cuentan esto?

¿Qué intención tiene?

Llegan como huracanes, arrasan todo a su paso, influyen en la vida diaria de la gente, pero luego llega la calma, el silencio, las consecuencias, la desolación y por último el olvido.

Es que tenemos memoria de pez, me sorprende la capacidad que tenemos de olvidarnos de todo tan rápidamente, lo que ayer nos súperindignaba, hoy ya no nos acordamos.

Seguimos nuestras vidas, nuestras obligadas rutinas, salimos a la calle, nos ponemos los cascos y dedicamos el poco tiempo que nos queda libre, después de estar exprimiendonos y produciendo para otros en el trabajo, a consumir, a ser consumidores consumidos creyendo que el disfrute y el gozar se encuentra en comprar, o en consumir una cerveza en el bar después de trabajar.

Que así alcanzamos nuestra mayor cota de libertad y disfrute.

Emma Goldman escribía " alguien ha dicho que se requiere menos esfuerzo mental para condenar que para pensar.

La indolencia mental generalizada, tan frecuente en la sociedad, demuestra que esto es demasiado cierto.

En lugar de ir al fondo de cualquier idea dada para examinar su origen y significado, la mayoría de la gente lo condena en conjunto o confía en alguna definición superficial o perjudicial de lo no esencial."

Esa sensación de que nos atropellan los acontecimientos...

¿No nos hacemos las preguntas correctas?

¿Aceptamos irreflexivamente todo lo que nos cuentan? ¿No cuestionamos el porqué?

Quizás no estamos preparadas para aceptar las respuestas, que obviamente nos van a interpelar y exigir un esfuerzo mental crítico y luego acciones consecuentes y coherentes.

Y ante estas situaciones te encuentras con personas que se autodenominan realistas, que su realismo es la excusa perfecta para no hacer nada, no preguntarse nada, estos que te dicen, es lo que hay, hay que adaptarse y sin quejarte claro, los que te sueltan, bueno no te quejes que tú por lo menos tienes trabajo... confórmate, estate agradecida y no te quejes, no hay nada qué hacer, son los teóricos de la resignación y la derrota.

Me gusta mucho una frase que se la he oído varias veces al profesor Carlos Taibo y siempre me viene a la mente: "El realismo es la buena conciencia de los hijos de puta."

Como si fuese de sentido común que esta realidad que vivimos, que este sistema es irremediablemente inmodificable, que sigue su curso natural y que nosotras no somos más que meras espectadoras y sufridoras de las consecuencias, que tenemos que aceptar porque si.

Y te das cuenta, que los que normalmente dicen que son realistas, detrás de ese discurso que no es casual, se esconden intereses ocultos y la defensa de su posición y de sus privilegios.

No vaya a ser que la gente se de cuenta que este no es un destino que nos viene dado y que no es inalterable, sino que somos protagonistas de la historia en el tiempo que nos ha tocado vivir (y en este momento que yo creo que es muy particular ya que estamos en la fase más salvaje del capitalismo, cuando antes de gripar esta la máquina a toda potencia) y que tenemos la capacidad de transformarlo y cambiarlo si actuamos colectivamente.

Los poderes dominantes conocen perfectamente los gustos más primarios de las gentes, saben lo que les mueve, saben ir a las vísceras, saben manejar muy bien el odio, la rabia y la frustración que sentimos y además tienen todos los medios a su alcance para trasladar su mensaje de manera rápida y eficaz. Por eso necesitamos que se haga fuerza en todos los espacios posibles, cada una de nosotras en nuestros ámbitos diarios y espacios más cercanos.

Hay que combatir y contraargumentar esos discursos, en las calles, en los barrios, en los puestos de trabajo, porque ya lo estamos viendo, si las clases populares interiorizan y aceptan estos discursos poniendo el foco de sus problemas en sus iguales y ellos erigiéndose como los "solucionadores", haciendo que la vigilancia y el control se extiendan hasta el núcleo de la sociedad estamos perdidas, ya que así se imposibilita crear un contrapoder colectivo y organizado, consciente de que a través del apoyo mutuo, la solidaridad y la autogestión esta sociedad es transformable a mejor, que un mundo más justo y mejor es posible.

La dignidad obrera, la conciencia de clase no surge como los hongos de la noche a la mañana, hay que cultivarla día a día, porque uno de los grandes triunfos de este sistema es que nadie se quiere reconocer como pobre (aunque le cueste llegar a fin de mes), todos son clase media o por lo menos aspira a serlo. Que la gente ni siquiera se identifique como clase trabajadora, (a pesar de currar todos los días sus 8 horas con suerte, siendo asalariado) esta en la base de la criminalización de la pobreza.

Nos quieren hacer creer que el que es pobre lo es porque no se ha esforzado lo suficiente o es un vago y quiere ser un mantenido.

Ha llegado la hora de la acción, de pararnos a pensar, a reflexionar, de no dejarnos llevar por la agenda y los ritmos, de los poderes que nos gobiernan.

Si nos sometemos a sus tiempos y no hacemos nada para contrarrestarlos, hablamos y debatimos de lo que ellos quieren, cuando ellos quieren y hasta donde ellos quieren, y dejamos de hacerlo cuando nos avasallan con una nueva noticia una nueva polémica o unas nuevas elecciones, que exprimirán hasta que les vuelva a interesar cambiar de tema.

Creo que deberíamos enseñar a las nuevas generaciones las técnicas de manipulación y propaganda con las que diariamente nos controlan y manipulan.

El poder que tienen los medios de comunicación oficiales y oficiosos y como están destinados a ser instrumentos al servicio del poder y sus intereses.

La voracidad capitalista nos va a comer si no empezamos a contrarrestar en todos los ámbitos posibles sus mentiras y falacias, utilizando todas nuestras capacidades y nuestras propias herramientas.

Estar en consonancia con nuestras palabras e intentar vivir dentro de los múltiples inconvenientes de la sociedad actual lo más anárquicamente posible, luchando día a día, con las contradicciones que se nos presentan y con las que tenemos que lidiar cada una de nosotras.

Elisee Reclus tiene otra gran frase que viene a cuento " hay almas ingenuas que esperan que todo se arregle de buen grado, que un día de revolución pacífica bastara para que los defensores del privilegio cedan sin violencia a los deseos de los desheredados."

No van a ceder jamás, nuestros intereses y los suyos son completamente antagónicos y la historia está ahí, nos enseña que cada clase oprimida alcanza su verdadera liberación frente a sus amos a través de su propia lucha.

Nosotras lo queremos todo, queremos destruir este sistema capitalista y patriarcal para poder comenzar a crear ese mundo nuevo que llevamos en nuestros corazones, somos capaces, a través de la revolución social.

Y para ello hay que suscitar el deseo de la revolución en un número creciente de colectivos e individualidades, fomentar sensibilidades libertarias.

Y Como conclusión de este desahogo, vuelvo a citar a Emma Goldman.

"Un verdadero cambio social nunca ha sido llevado a cabo sin una revolución,

¿Y que es la revolución, sino el pensamiento llevado a la acción?"

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