29/10/2021

La fauna laboral

Escrito por La Prima de Emma

El águila perdigonera acecha sigilosamente al confiado e inocente cervatillo…. Hoy vamos a hacerles partícipes de nuestra lectura a nuestras queridas y amables compañeras de trabajo, como no, a la compañera trepa, esa que acecha sigilosamente a sus confiadas e inocentes compañeras, cual parodia a Félix Rodríguez de la Fuente (me falta la música de fondo).

Ahora en serio, tras muchos años en la “selva” laboral y habiendo conocido a muy diversas personas he de decir que he conocido muchos tipos de malas compañías laborales, como las víctimas, las desganadas, manipuladoras, cotillas, pelotas, criticonas, cabreadas, etc. pero la que nunca dejará de sorprenderme será La Trepadora, cual planta Madre Selva.

Estas personas, no tienen escrúpulos, ni sentimientos, ni ningún tipo de apego, son terriblemente dañinas ya no sólo laboralmente hablando sino moralmente, ya que son capaces de casi cualquier cosa sin ningún tipo de miramiento para comerse a la presa en cuestión.

Lo más curioso es que suelen pasar inadvertidas durante mucho tiempo, incluso pueden pasar por las mejores compañeras de trabajo, claro que de esta forma, al ganarse la confianza de la presa, más tarde pueden utilizar esta confianza para favor a sus propósitos sin tener en cuenta lo que piensa o como se siente, cual grapadora inerte.

Su objetivo es destacar, es ser grande pero como no se puede ser la mejor siempre, salva esta situación humillando, mintiendo y criticando el trabajo de la víctima. Dará la vuelta a la tortilla a todo lo que haga para quitársela del medio, utilizando medias verdades, vamos como en el libro “El Príncipe de Maquiavelo” que engañaba a los demás en beneficio propio utilizando las medias verdades. Para ella, las compañeras de trabajo son sólo un medio para alcanzar sus objetivos particulares sin ningún tipo de escrúpulos, para ascender y sin dudar, traicionar a quien sea.

Su individualismo y competitividad, cual Leopardo, no tiene límites, siempre atenta para adueñarse de los méritos de las demás a ojos de sus superioras, no dejan pasar una buena oportunidad para informar a sus superioras de los errores y debilidades de sus compañeras para dar la imagen de que son mejores al resto, por lo que no actúan ni con honestidad ni ética alguna. Tienen la “virtud” de no compartir información valiosa con el fin de que en alguna ocasión pueda sacar beneficio de ella, tergiversar o manipular acciones o comentarios para desacreditar o dañar a quien consideren un obstáculo en su carrera hacia la supuesta superioridad. Siempre de acuerdo con cualquier cosa que dicen las superioras y dejan de lado a las personas que se oponen a alguna medida laboral que creen injustificada y en lugar de verbalizar sus opiniones, se ponen del lado de estas superioras y menosprecian a sus compañeras “cual currelas de derechas” ni que decir, que si a aluna de sus compañeras se les premia o agradecen algún trabajo en el cual no están ellas, les da un mal (desfibrilador, por favor ¡!). No pierden ni un momento en reírles las gracias “aunque no las tengan”, sonreírlas en todo momento, irse a tomar algo con ellas, incluso a piropearlas con lo bien que hacen esto o lo otro, sí hablo a las jefas no a las compañeras de fatigas.

Todo esto es una pena, porque creo que no aprenden ni se dan cuenta de que cuando algo vaya mal en la empresa, las jefas no van a tener ningún miramiento a la hora de mermar cualquier derecho laboral que incumba a todas las trabajadoras, incluidas ellas, y no van a tener en cuenta esos falsos logros, ni esas sonrisas, ni esos piropos sin sentido y lo peor o mejor, no sabría decir, se van a ver solas, ya que nadie va a confiar ni volver hablar de cosas importantes con ellas.

Eso es todo amigas.