17/07/2024

El "Pobre de mí"

Escrito por La Prima de Emma

Pobre de mí, pobre de mí, se han acabado las fiestas de San Fermín...

Así, cuando después de más de una semana a tope, de baile, cantos, poteo, almuerzos, encierros (a quien le gusten), trasnochar o madrugar, según se mire, disfrutar, entonaremos la gente con pena por el fin de fiestas y empezando la cuenta atrás para el siguiente San Fermín.

Aunque no todo el mundo la cantará.

Hay mujeres para las que la fiesta se acabó de golpe.

Una mujer joven también salió a vivir las fiestas. Seguramente con su correspondiente atuendo blanco impoluto y pañuelo rojo. Se las imaginaba felices. Probablemente tenía planes para toda la semana. Quizás iría al encierro, o a almorzar con su peña, o a disfrutar con sus amigas.

Tuvo mala suerte. En su camino se cruzaron unos animales depredadores. Sí. Hay muchos hombres que salen de caza. Y salen de caza porque creen que las mujeres existimos y estamos ahí para que ellos dispongan de nuestros cuerpos cuando quieran y les apetezca.

¿Qué hay mejor que rematar una noche de juerga compartida con los amigotes que pillar presa?

Hay muchas modalidades: uno solo, de uno en uno mientras los demás contemplan divertidos y grabando la escena, en grupo, todos a la vez penetrando por todos los agujeros de la presa.

Después marcharán contentos abandonando ese cuerpo como si fuera basura usada.

Lo que tienen de común las presas, es que comparten una condición. Son mujeres. Los cazadores son machos.

A esa mujer joven o mayor, o adolescente se le acabaron las fiestas. Salió de casa con el mejor atuendo que tenía y contenta. Con muchos planes por delante. Pero la primera noche acabó en la camilla de un hospital donde tuvo que abrir las piernas para el reconocimiento médico. Donde recibir curas si ha sido golpeada, tomando las pastillas correspondientes que incluyen dosis fuertes para poder meterse a la cama a oscuras a llorar o a desaparecer.

Ese cuerpo violado, sobado, babeado, herido se retira sin poder asumir qué le ha ocurrido.

Quizás desde el hospital habrán localizado a familiares para ayudarla a recoger los pedazos.

Esa mujer no entonará el "Pobre de mí". Para ella se acabaron las fiestas. Se detuvieron de la manera más brutal que pueda imaginarse.

Sin embargo, los agresores, si no han sido identificados, probablemente seguirán disfrutando de la fiesta y hasta quizás vuelvan a salir de caza otro día.

Mañana o pasado, les tocará a otras.

Por proteger su identidad, no sabremos de quién se trata. Una más. La fiesta seguirá.

Si te toca la china, con ello te quedas herida para siempre. Esto es la ruleta de la suerte.! ¡Hagan juego, señores! A ver a quien de nosotras le toca la próxima vez.

Sobra cualquier análisis. El análisis ya está hecho.

Lo que ocurre es que esto es insoportable.