23/09/2024

SIN LA PATRONAL NO SOMOS NADA … ¡¡¡ANDA YA!!!

Escrito por Enrique Hoz

Hace unos días, Tamara Yagüe, Presidenta de Confebask, participó en el Foro Empresarial organizado por el periódico El Correo y Laboral Kutxa. Me enteré gracias a que diferentes medios de comunicación se hicieron eco de la noticia recogiendo varias de las frases de la intervención de la presidenta de Confebask, así que, para conocer con más certeza el contexto de sus afirmaciones me he dirigido directamente a la web de Confebask donde se encuentra el acceso directo al discurso en su totalidad.

La lectura, y de paso hago un poco de proselitismo, debe formar parte de esas actividades esenciales de la militancia de la Clase Trabajadora. No solo textos de nuestra cuerda ideológica; también hay que leer de vez en cuando a nuestro enemigo natural, en este caso, la Patronal. De esta forma, siendo consciente del punto de partida que cimenta el discurso patronal se asienta mejor la réplica que como trabajadores/as hemos de articular. El texto consta de trece páginas de fácil y rápida lectura gracias al tamaño de la letra y los generosos espacios.

Si jugásemos a resumir el texto en una sola frase con el fin de captar la atención como si se tratara del titular de una noticia, yo recurriría a un sencillo y políticamente correcto “Loas al empresariado vasco” porque “El empresariado vasco es la rehostia” iba a quedar un tanto basto y ordinario.

Estos discursos protocolarios de aparente neutralidad con buenas palabras, vierten, en realidad, un mensaje clasista de supremacismo empresarial que proclama el reconocimiento social hacia el empresariado como creador de riqueza y consagra la competitividad, palabra emblemática del capitalismo, como eje central de toda actividad económica.

Y cuando le llega el momento a la presidenta de Confebask de abandonar la sutileza y la finura de despacho, no hay nada mejor que señalar a la conflictividad sindical y al absentismo como esos frenos que impiden la mejora de la competitividad.

“La conflictividad laboral (…) pone en peligro nuestro estado del bienestar”; “La conflictividad laboral es estructuralmente elevada(...) a pesar de registrarse entre nosotros unas condiciones laborales sustancialmente mejores”; “datos tan negativos (se refiere al absentismo) tienen un impacto directo (…) primero (…) en la propia salud de las personas y segundo, también en la productividad y competitividad de las empresas vascas”.

Después de la esquisitez acusadora, vuelta al buen rollete: “No se trata de hallar culpables, sino soluciones”.

Una de las particularidades del texto que me ha llamado la atención, obligándome a releerlo para asegurarme, consiste en la ausencia total de la palabra trabajador o trabajadora. Evidentemente, la expresión “Clase Trabajadora” ni por asomo esperaría encontrarla. Para evitar términos claros asociados al despertar de la clase social a la que pertenecemos, imagino que se habrá recurrido a una especie de manual de la explotación que contiene los giros apropiados para evitar llamar a las cosas directamente por su nombre. Así es como la presidenta de Confebask recurre al manido “mercado de trabajo”, “mano de obra especializada”, “las personas que hoy trabajan en Euskadi”, “personas que contribuyen al proyecto empresarial”... lo que sea necesario con tal de no llamarnos a los trabajadores y a las trabajadoras lo que somos... trabajadores, trabajadoras, y, añado yo, orgullo de clase.

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