Españistán no es más que la excrecencia grotesca y enloquecida de eso que llaman algunos España, y que serían las personas normales que van a trabajar, pagan sus impuestos y viven, en el territorio de la península bajo la administración del Estado Español.
En Españistán reptan, supuran y babosean seres que solo buscan provocar repulsión y alejamiento de las personas normales de las cosas del comer y del vivir. Los “trolls“, los propagadores de eso que llaman bulos, los gañanes que aúllan barbaridades tienen como función principal que no sepamos ni nos enteremos de las leyes, normas y reglamentos que van sacando las élites políticas y económicas, y así, que no haya resistencia ni oposición a lo que hagan los diferentes gobiernos.
Fue Españistán quien dejó tirados a los saharauis, cuando Marruecos invadió el Sáhara, por los fosfatos, por la Economía de Mercado como justificación y Sánchez, como buen gobernante de lo que hay, o sea, de derechas ( porque no hay gobernantes de izquierdas), se pliega al Tío Sam.
La evolución psicocultural y educativa de la élite política actual es, por una parte, degradante, casposa, y por otra parte edificante. La presidente de la Comunidad de Madrid, en una reciente visita oficial a Perú (1) expresó lo siguiente: “…..hay población que está sumida en la pobreza y, sin embargo, es alegre”. Este comentario, por su rancio clasismo, de clara evocación franquista, atufa a sentimiento de superioridad, y condescendencia, y me recuerda a aquélla maravillosa interpretación del actor José Luis López Vázquez, en una de sus películas durante la Dictadura, le dijo a otro personaje en escena: “….. pero señor Director, es buena cosa para su imagen llevar a un pobre a su mesa, y que no le puede salir muy caro, porque son de fácil conformar………”
Otra forma de ranciedad es el abuso que siguen cometiendo la purulenta aristocracia española, que siguen esquilmando los bienes y servicios que deberían ser de todos, pero por su arrogancia y la complicidad de las administraciones entienden que todo lo que hay es patrimonio suyo, viéndonos al resto de la población como servidumbre. La Casa de Alba saquea recursos en el Parque Natural de Doñana(2) para su beneficio económico……. Y siguen siendo portadas de las Revistas del Corazón.
O el presidente de la Generalitat de Valencia, Carlos Mazón, alegrándose de forma sarcástica y nada sibilina, por la ayuda de 24 millones a Gaza por parte del Gobierno Español, apelando al ciudadano españistaní, y su acervo cultural tradicional mezcla de envidia, ruindad y mezquindad, intentando desviar su mediocre y criminal incompetencia en el desastre de la DANA, con la morosidad burocrática para dar las ayudas, del Gobierno de Madrid.
En Españistán, país del astracán, todo lo que debería ser algo sensato, razonable se convierte en algo ridículo y estúpido……..y también peligroso.
