10/03/2025

La hora de los imbéciles

Escrito por Meltxor Guerrero

El mundo se va a la mierda, así de claro lo digo. A lo bruto, sin paliativos, sin medias tintas. Preparaos para el final, haceos con una txinbera y un botiquín bien surtido de lo que cada cual considere más necesario, en mi caso ibuprofenos para mi maltrecha espalda y almax como si no hubiera un mañana. Esto último puede resultar extraño para el apocalipsis que viene, pero habrá que comer tantas inmundicias, tanta comida enlatada con fecha caducada y tanta carne podrida repleta de orondos gusanos que el estómago seguro que acaba pidiendo ayuda. Yo aviso, sin más, he visto series de zombis y sé de qué va esto. Si no me hacéis caso, allá vosotros pero luego que cada palo aguante su vela, mis almax son sólo míos, no los compartiré con nadie, advertidos quedáis.

Me pierdo, de qué estaba hablando... eso, de que el mundo se va a la mierda y no, no es una figura retórica, de hecho, ya es una mierda, con dirigentes de mierda e idiotas de mierda votándoles con una sonrisa de mierda... (que escatológico me va quedando todo esto...) por donde iba, ah, sí... la mierda... es como el test psicológico ese de asociación de palabras: en mi caso es decir mierda y automáticamente pienso en Trump y en toda su pandilla de alegres amiguitos de encefalograma plano que se extienden por el globo terráqueo cual peste bubónica y me viene a la cabeza la imagen de un gran zurullo de tamaño descomunal, monstruoso, enorme, gigantesco... y me quedo tan anonadado ante tal mística visión que no se me ocurre otra cosa que meterle un petardo dentro... un petardo descomunal, monstruoso, enorme, gigantesco... y del petardo sale una bonita y lustrosa mecha que parece decirme:

-¡Vamos, mándalo todo a la mierda, total, ya nada puede ir peor!

Y no lo puedo resistir y la enciendo y veo como, muy lentamente, muy poquito a poco, ésta comienza a consumirse... y allí está esa mierda de proporciones bíblicas, ciclópeas... y allá la mecha consumiéndose... y sobre todos nosotros el cretino mayor del mundo mundial bailando moviendo sus bracitos como un perfecto imbécil y con esa arrogante mirada propia del que nada sabe pero todo cree saber al ritmo del YMCA de los Village People que tanta gracia me hacían en mi ya lejana infancia... y mientras se agita el arrítmico pelele que rige los destinos del universo y los borregos del mundo libre le aplauden embelesados, el petardo está a punto de estallar...

-¡Que dios nos ampare!, grito echándome las manos a la cabeza olvidando momentáneamente mi ateísmo militante y corro espeluznado con mis bolsillos repletos de almax, de ibuprofenos, con mi txinbera y un gorro de piscina que he encontrado vete a saber dónde y que me encasqueto en mi alopécica cocorota para que no me salpique tanta porquería que va a llover sobre estos tristes tiempos que nos han tocado en suerte.

La hora de los imbéciles ha llegado, la razón se oculta despavorida y la mierda se cierne sobre nuestras cabezas. Su hedor es ya insoportable. Huid todos o aprestaos a resistir, avisados estáis.

Agenda

Sin eventos

Últimas novedades

Lo más leído