En 1969 el colectivo LGTBQI+ decidió quejarse de forma espontánea y manifestar su desacuerdo y enfado contra una de tantas redadas policiales que tuvieron lugar en el Pub Stonewall Inn. Es importante recordar que Marsha P. Johnson, mujer trans negra, arrojó el primer ladrillo en los disturbios de Stonewall y Stormé DeLarverie fué la primera negra lesbiana en lanzar el primer golpe. Estas mujeres negras arriesgaron sus vidas para luchar por los derechos LGTBQI+ en una época en que ni siquiera eran bien recibidas en lo pubs gais de la ciudad, invitándolas a abandonar dichos pubs entre insultos y agresiones.
Han pasado 51 años y huelga decir que los abusos por parte de las fuerzas represoras del estado no han cesado, sino que se han incrementado en el caso de las personas racializadas. Mientras, en un descarado intento de meternos el capitalismo hasta en la sopa y tratar de obtener beneficio económico vaciando de contenido cualquier acto que lo pudiera tener, las instituciones tratan de asimilar la lucha del movimiento que reivindica libertades sexuales fuera de patologizaciones y encorsetamientos, convirtiéndolo en un baño de purpurina, carrozas, música machacona y logos de trasnacionales que se pasan por el arco del triunfo los derechos laborales y la decencia. Las instituciones, empresas y algún que otro colectivo se empeñan en celebrar cada año un Orgullo blanco, clasista, adinerado y que juegue dentro de las leyes establecidas para no molestar demasiado, dejando a un lado y sin voz a los sectores más marginales y racializados.
Bien sabe todo el mundo, que en CNT amamos el ocio por encima de todas las cosas, pero DESPRECIAMOS con mayúsculas los intentos de manipulación y tutelaje de quienes fingen intentar gobernarnos tratando de sustituir activismo por negocio.
Coincide este mes de ruidosas protestas internacionales por subrayar la importancia de las vidas negras, con el 28J, y aún nos resuena el eslogan del confinado 1 de mayo: orgullo de clase trabajadora y orgullo de CNT. Lo sentimos. Tenemos que hacer la pregunta real y no retórica: ¿El 28J, dónde está el orgullo de CNT? Nuestra central anarcosindicalista se lleva especializando en acción directa y apoyo mutuo más de cien años. Sabemos que nuestra ocupación es la defensa de los derechos laborales de las personas, para que alguien tenga las agallas suficientes de dar un paso al frente y reivindicar lo que es suyo y a no ser que trabaje en una tienda de muebles ¿se espera realmente que lo haga desde un armario?
Es importante recalcar que actualmente siete de cada diez personas LGTBQI+ ocultan su orientación sexual en el trabajo y es obligación de nuestro sindicato estar a la altura de las circunstancias defendiendo y reivindicando el 28J igual que se hace con el 1M.
El mensaje de este artículo no es enrevesado ni complejo: Es MUY importante empezar a implementar medidas y gestos que visibilicen las disparidades de nuestra militancia. En lo que a personas libertarias y sus situaciones se refiere, no hay una lista de prioridades en las que algunos colectivos deban coger vez y esperar con paciencia revolucionaria su turno para existir. Los 28J deben ser un día clave en el calendario de nuestra lucha, porque representan el antes y el después de un motín de personas, una vez más con pedradas contra la policía de por medio, que dio sus frutos a paso lento pero firme: la homosexualidad dejó de ser una enfermedad en el año 1990 y la transexualidad se despatologizó en 2018. En los cuerpos y las mentes cisheterosexuales esto puede parecer algo que ya está superado, y que no necesita reconocimiento, ni altavoces. Prueba a besarte con tu novia en el metro sin que los machos de turno te ofrezcan tríos o a mencionar el sexo anal a cualquier cishombre hetero, siendo él quien lo recibe. Hay mucho por hacer. La afiliación bollera, bisexual, pansexual y gay que hemos vivido lesbo/bi/transfobia, sabemos que la reparación está aún bien lejos. Y las personas trans, que debían someterse a diagnósticos psiquiátricos HASTA HACE DOS AÑOS por ser quienes eran, es posible que tengan aún más que decir sobre el tema. Cada año nos sobrecogemos al ver alguna adolescente trans muerta a manos del bullying escolar y de las carencias que sufre el sistema, pero una vez nos ha sobrevolado la noticia todo queda en el mismo punto y nada avanza.
Como anarcosindicalistas que somos queremos sentirnos representadas en el sindicato y que no se nos tome a la ligera cuando reivindicamos algún área de mejora dentro de la organización. Sería deseable que las aportaciones de la afiliación sirvieran para sentir que sumamos fuerzas, no para temer que nos dividan.
Por lo tanto, personas de género fluido, disidentes de género, trans, cis, mujeres, hombres, bisexuales, pansexuales, lesbianas, gays, asexuales y heteros de la CNT: desde el minuto uno en que alguien entre en nuestros locales, hagámosles sentir de qué lado estamos. Mostremos cuál es nuestra apuesta: celebrar la amplitud y variedad de identidades explícitamente. Deshagámonos ya de “mariconadas” y de mandar a la gente a “tomar por culo” cuando nos parece un “coñazo”. Creemos formularios y programas informáticos donde no tenga cabida sólo el arcaico binarismo de género. Añadamos banderas y pegatinas que nos representen a todxs. Unámonos en las calles con apoyo mutuo a quienes aún deben gritar que quieren tener derecho a vivir siendo quienes son. Hablemos abiertamente con nuestrxs hijxs de las opciones vitales existentes sin meterles miedo: lo que realmente da miedo, no es ser una misma, sino fingir durante años para que no te dejen de querer. Pero sobre todo, actuemos SIEMPRE que vemos agresiones lesbófobas, homófobas o tránsfobas, porque como dijo no sé quién, la neutralidad y el hacernos los suecos por vagancia e irresponsabilidad, nos coloca siempre en el lado de los opresores. ¿Tú con quién estás?
Este 28J quisiera oír alto y claro eso del ORGULLO de CNT.
Imagen cortesía de Mamen Moreu