Una nueva manifestación en Xixón ha conseguido hacer más profunda la trinchera de solidaridad que parapeta a Las 6 de La Suiza desde que comenzó su calvario en 2017.
En torno a 8.000 personas llegadas desde diversas partes del Estado gracias a los autobuses fletados por CNT han acompañado a las condenadas por defender los derechos sindicales y laborales de la clase trabajadora. El ingreso en prisión puede llegar en cualquier momento.
La calle sigue preparada para responder a la altura de las circunstancias. Si se consuma, esta será una condena al sindicalismo.
Diversas organizaciones sindicales, también las mayoritarias, han impulsado esta manifestación que ha recorrido desde medio día el centro de Xixón. Durante su transcurso, cánticos como “la solidaridad, el arma del obrero” o “si entran en prisión, arde Xixón” han sido la banda sonora a otra jornada de lucha en repulsa de un complot policial, judicial y también mediático que puede llegar a terminar con seis sindicalistas entre rejas.
La jornada ha comenzado con el anuncio por parte del Gobierno asturiano, del PSOE, de que apoyará la petición de indulto al Ejecutivo central ya realizada por 22 organizaciones sindicales. Yolanda Díaz ha afirmado que Sumar secundará la medida. “La Justicia ha negado la suspensión de las penas, aunque las sindicalistas cumplen con todos los requisitos para ello”, ha defendido la secretaria general de CNT, Erika Conrado. A día de hoy, las seis condenadas enfrentan tres años y medio de cárcel por un delito de coacciones graves y de obstrucción a la justicia. Su delito: hacer sindicalismo.La pastelería La Suiza protagoniza este conflicto desde 2017. El dueño adeudaba pagos a una de sus trabajadoras. El sindicato se movilizó como siempre lo ha hecho. Concentraciones a la puerta del negocio alertaban a la ciudadanía de lo que ocurría detrás del aroma a bollo recién horneado. El empresario devolvió los embates con otra denuncia hacia el sindicato. Se intentó mediar. Desde entonces, la Justicia no ha dejado de hacer visible de qué lado está. Las primeras acciones son consideradas ahora como coacciones graves. El intento de negociación posterior supone una obstrucción a la justicia, según el magistrado que ha dictado la sentencia ya ratificada por el Tribunal Supremo.
Frente a ello, una ola de solidaridad inunda las calles desde hace años. La convocatoria de hoy ha sido otra demostración de la fuerza imparable que supone la unión de la clase trabajadora. “Hemos recibido apoyo de decenas de organizaciones de todo el Estado, incluso otros sindicatos a nivel internacional han mostrado su repulsa ante esta condena”, ha reiterado Conrado, quien ha resaltado que el dueño de La Suiza no ha sufrido ningún tipo de perjuicio económico por las acciones realizadas por CNT.
Alrededor de bengalas y tambores, así como gritos de “no estáis solas”, una de las condenadas ha agradecido todo el apoyo mostrado. De todas formas, aunque el abrazo solidario es fuerte, la situación a nivel personal está sumida en la incertidumbre. “Nosotras llevamos ya ocho años de condena desde que comenzó el proceso. Nos hace imposible planificar nuestra vida a largo plazo”, ha señalado.
El tío de esta condenada, Jesús Pérez, quien supera los 70 años, lleva décadas participando en la lucha social. Se ha mostrado algo inquieto ante el futuro incierto de su sobrina. “Estamos aquí porque esto es una lucha por la vida, por la vida de la clase trabajadora, de la gente humilde, y contra el poder opresor de los ricos que siempre se revuelven contra los pobres cuando demandamos nuestros derechos”, ha explicado.
Pérez, que ha llegado a Xixón desde Santander, también ha recalcado que el caso de Las 6 de La Suiza es “una lucha de poderes entre el sindicalismo y la patronal”. Uno metros más allá estaba Alberto Fidalgo, quien integra Somos Carreño, un partido municipalista asturiano que apoya las demandas de CNT: “Estamos aquí para defender nuestros derechos como trabajadores. Si se consuma la pena, sentará un precedente muy peligroso para la lucha sindical”.
A su entender, la presión en la calle es “esencial” para que la lucha judicial surta efecto. “Tenemos que conseguir que se muevan y este es el camino, la unión sindical que este caso ha conseguido”. Él ha decidido acudir a esta manifestación acompañado de sus dos hijos pequeños. Educar también es hacer ver cómo los golpes del sistema se combaten con solidaridad. “Tienen que entender que la forma de luchar nunca es individual, así no vamos a conseguir nada. Las victorias siempre vienen de lo colectivo”, ha agregado.
La movilización ha terminado frente a los juzgados de Xixón. En torno a las 14.00 horas, los cánticos han redoblado su fuerza: “6 de La Suiza, libertad”, “qué viva la lucha de la clase obrera” y “si entran en prisión, arde Xixón”, han sido las proclamas que han antecedido a la lectura de un comunicado.
El texto, compartido ante miles de asistentes a la marcha que intentaban refugiarse del sol como podían, ha incidido en que la unión sindical es obligada ante esta realidad de opresión judicial. “Nos obliga a ello una alianza retrógrada de poderes policiales, judiciales, empresariales y mediáticos que quiere laminar derechos elementales de la clase trabajadora”, han comenzado su diatriba.La reivindicación ha explicitado una denuncia constante desde el inicio del conflicto: “La coincidencia de un empresario explotador y un juzgado cómplice consiguieron convertir un problema laboral y la práctica del sindicalismo en delitos fabricados en despachos para reprimir nuestros derechos y sembrar el miedo”, han espetado mientras decenas de banderas rojinegras teñían de color esperanza el cielo.
“La alianza oligárquica que tejen judicatura, empresariado y otros poderes quieren que la demanda de negociación sindical pueda ser delito de obstrucción a la justicia. Y que la convocatoria de concentraciones pueda ser delito de coacciones”, han repetido. Además, han aclarado que “no quedaremos inactivos ante una casta poderosa que, con decisiones ilegítimas, busca acabar con derechos conseguidos tras siglos de lucha y con grandes dosis de esfuerzo, dolor y vida”.
Esa es la vida por la que decía Pérez que aquí se luchaba. Una vida de emancipación y autogestión, de acción directa contra el capital y sus más cronificados males que acechan el día a día de la clase trabajadora. “Casi ocho años llevan Las 6 de La Suiza viviendo, si se puede llamar vida a esto, bajo la espada castigadora de una supuesta justicia”, ha aclarado el manifiesto.
Los convocantes han apostado por el indulto como la última medida que puede salvar a las seis sindicalistas de dar con sus huesos en la cárcel. La medida de gracia depende mayoritariamente del PSOE, al que desde CNT exigimos que se muestra a favor de la no entrada en prisión de seis personas buenas cuyo delito fue, es y será defender a la clase trabajadora. Mientras tanto, la respuesta en la calle no cejará en su empeño de hacer vibrar las conciencias, las voces e incluso las miradas de una ciudadanía que no puede quedar impasible ante este ataque al sindicalismo. En todas las ciudades, todos los días, desde la Confederación gritamos al unísono “¡Compañeres, nun tais soles!”.
El día que todo esto pase, el día que la Justicia sea justa para la clase obrera y Las 6 de La Suiza hayan recobrado la normalidad en sus vidas, no nos cabe duda de que sus nombres quedarán marcados en la historia de la emancipación obrera. Somos una, somos todas. Frente a su represión, nuestra solidaridad.
Crónica por Salvador Alcalá
El jueves 12 de junio de 2025, la intersindical compuesta por ELA, ESK, LSB-USO, CGT, Steilas y CNT junto a la coordinadora de plataformas en defensa de la sanidad pública (OPA) hemos acudido al parlamento vasco para reunirnos con los distintos grupos parlamentarios. Los grupos que han accedido a reunirse para tratar el tema han sido EAJ-PNV, EH Bildu, PP y Sumar, el PSE ha alegado motivos de agenda para no reunirse.
En esas reuniones hemos querido transmitir nuestra preocupación ante un posible acuerdo para que las mutuas ejerzan más mecanismos de control sobre las y los trabajadores en bajas por enfermedad común, con especial atención a las de origen traumatológico. A todos ellos se les ha trasladado lo siguiente:
La patronal y el gobierno llevan años en plena campaña de criminalización de las y los trabajadores. Argumentan, que el motivo principal de no acudir a trabajar es el fraude, por eso utilizan la palabra absentismo una y otra vez sin aportar dato alguno.
Los sindicatos CCOO y UGT les han comprado este marco de discusión y, por ello, acordaron con las patronales CEOE y CEPYME en 2023 el privatizar la sanidad pública entregando la gestión de varias enfermedades comunes de los y las trabajadoras a las mutuas.
Con la excusa de esta criminalización de las personas trabajadoras, se están dirigiendo los mecanismos de control a las mutuas, para obligar a trabajadores y trabajadoras enfermas a acudir a trabajar cuanto antes. El acuerdo debe entenderse en este contexto.
Para llevar a cabo este insultante acuerdo, es imprescindible la firma de un acuerdo de colaboración entre cada sistema sanitario, en nuestro caso Osakidetza y Servicio Navarro de Salud, y las mutuas. El Gobierno Vasco y el Navarro aún no se han negado a firmar un acuerdo de estas características.
La concesión de este acuerdo tendrá los siguientes efectos:
Tal y como se establece en la Ley General de Sanidad los recursos de las mutuas debieran destinarse a la sanidad pública, para así poder mejorar y acelerar la atención de toda la población. La privatización de la atención sanitaria aumenta las desigualdades sociales y es el camino contrario el que hay que recorrer. Hay que recordar que las mutuas son asociaciones patronales privadas, creadas para defender los intereses de las empresas y el control sanitario sobre sus trabajadores y trabajadoras, gracias a una posición privilegiada que les otorga la Seguridad Social.
Todos los sindicatos que suscribimos lo anteriormente mencionado hacemos una petición directa a los partidos políticos del Parlamento Vasco (el anterior Parlamento Navarro ya lo hizo) para que se posicionen públicamente en contra de que se materialice este acuerdo en la CAPV.
Más de una decena de sindicatos de clase de todo el Estado han solicitado formalmente el indulto para las seis sindicalistas asturianas conocidas como Las 6 de La Suiza, condenadas a tres años y medio de prisión por su participación en acciones sindicales durante un conflicto laboral.
Organizaciones como CNT, ELA, ESK, STEILAS, CCOO, UGT, CGT y muchas más han unido fuerzas —más allá de siglas y afiliaciones— para defender a estas trabajadoras, señalando que el caso representa una amenaza directa al derecho a la protesta y la acción sindical. Los sindicatos alegan razones humanitarias y colectivas para el indulto: tras ocho años de proceso judicial, estas mujeres y sus familias enfrentan una condena desproporcionada por ejercer derechos fundamentales. LAB ha mostrado su apoyo a las 6 encausadas. La sentencia ha generado alarma social no solo en Asturias, sino en todo el país y fuera de él.
El pasado 2 de junio, el juez Lino Rubio Mayo rechazó suspender el ingreso en prisión, pese a que tanto la defensa como la propia Fiscalía lo habían solicitado. El argumento: que el pago de la responsabilidad civil no salió del bolsillo de las encausadas, sino del sindicato CNT, lo que para el juez indica falta de arrepentimiento.
Pese a que el proceso sigue su curso y las sindicalistas se encuentran a un paso de ingresar en prisión, la solidaridad no decae. Todo lo contrario, como afirma Erika Conrado, secretaria general de CNT: “No están solas ni van a estarlo: el seguimiento del caso, las muestras de solidaridad y las movilizaciones desarrolladas en estos ocho años, las adhesiones a los comunicados, nos demuestran que cuentan con el apoyo de todas y cada una de las personas que formamos parte de este sindicato, de las que se movilizan independientemente de banderas o colores, de las que creen que la lucha es el único camino que nos queda para reclamar nuestros derechos».
Y añade: «Cada día más y más personas abren los ojos ante las muchas muestras de represión que vivimos en diferentes ámbitos de la sociedad. Es en este momento donde, en coordinación con los sindicatos, entidades, asociaciones y personas a título individual, vamos a seguir haciendo presión para que las compañeras eviten ser encarceladas, porque no lo olvidemos: son más útiles a la lucha estando libres y sin mortajas que presas o con ataduras».
Por el momento, los profesionales de la abogacía que integran la plataforma han afirmado que no van a aceptar el criterio ejemplarizante del Tribunal Supremo y anuncian movilizaciones en todos los ámbitos posibles para evitar la regresión de derechos fundamentales, llevando a las sedes judiciales y a los procesos en los que intervengan la firme defensa de la libertad de expresión de manifestación y de acción sindical.
CNT organiza unas jornadas internas sobre transición ecosocial y economía participativa en Sabadell para los días 20 y 21 de junio. Contaremos con la presencia de:
Además, habrá una parte dinámicas y debate colectivo para poner en común las ideas y opiniones. Buscando así que nuestro sindicato vaya madurando sus posiciones ideológicas y estratégicas en materia de ecologismo.
Si estás afiliado, necesitas más información o quieres venir, contacta a tu sindicato
En las siguientes líneas se puede leer el análisis realizado desde una perspectiva anarcosindicalista
En los últimos meses, el sector de la enseñanza pública en la CAV ha vivido una de las etapas de movilización más intensas de las últimas décadas. Las múltiples convocatorias de huelga, que incluyeron hasta una docena de jornadas de paro y movilizaciones de diversa índole, reflejaban un malestar profundo no solo respecto a condiciones laborales concretas, sino respecto a un modelo de relaciones laborales agotado.
Desde CNT entendemos que este ciclo de luchas expresaba una exigencia social más amplia: la necesidad de transformar radicalmente la forma en que se gobierna el sistema educativo, ampliando la autonomía de los centros, devolviendo la palabra al profesorado y empoderando a toda la comunidad educativa. Las huelgas no solamente pedían mejoras salariales o reducción de ratios, debían aspirar también, desde nuestro punto de vista, a abrir un proceso constituyente en las relaciones laborales del sector educativo público. En este contexto, muchas trabajadoras y trabajadores que secundaron con plena convicción las huelgas viven hoy una profunda desilusión, al sentir que su esfuerzo ha resultado en vano y que han sido instrumentalizados como fuerza de presión en una negociación ya encarrilada, sin participación real de las bases.
Y es que, en definitiva, el acuerdo alcanzado entre el Departamento de Educación y la mayoría de sindicatos ha supuesto un cierre en falso. Después de meses de lucha, la firma del nuevo acuerdo, celebrado como “histórico” por sus valedores, ha desactivado abruptamente las movilizaciones y cancelado las huelgas programadas. Se ha perdido una oportunidad excepcional de replantear las condiciones estructurales de trabajo y participación en el sistema educativo. El resultado: algunas mejoras puntuales, pero ningún cambio de fondo. Más aún, el acuerdo refuerza el modelo vertical y cerrado de negociación, vaciando de contenido la participación directa de las trabajadoras y trabajadores.
El pacto ha sido vendido como un éxito, con mejoras salariales del 7% en tres años, alguna reducción simbólica en las ratios y promesas vagas de desburocratización. Sin embargo, para quienes venimos impulsando una visión radicalmente democrática y transformadora del sindicalismo, el balance es preocupante.
Primero, por su contenido. La rebaja de ratios se limita a uno o dos alumnos en determinadas etapas, y se aplica de forma muy limitada. Las medidas de desburocratización se reducen a comisiones consultivas, sin garantías de aplicación efectiva. La temporalidad, uno de los problemas más sangrantes del sistema, queda intacta: no hay mecanismos reales de consolidación para el profesorado interino ni se ataca el modelo de precarización estructural.
Segundo, por su forma. El acuerdo ha sido negociado a puerta cerrada en el marco de los comités de empresa, un modelo que desde CNT rechazamos por su carácter representativo, delegativo y opaco. Las decisiones fundamentales se toman entre cúpulas sindicales y administraciones, sin mecanismos reales de control desde las bases. En este caso, ningún afiliado ha tenido ni tiempo ni oportunidad de debatir o validar el contenido del acuerdo antes de que las centrales decidieran firmarlo. ¿Dónde queda la participación directa? ¿Dónde el poder de decisión de las trabajadoras?
En tercer lugar, este acuerdo no solo cierra en falso un ciclo de movilización: desactiva la posibilidad de que la sociedad tome partido en la defensa de su escuela pública. La gran manifestación prevista para el 10 de mayo pretendía interpelar al conjunto de la población sobre el deterioro del sistema educativo. El pacto frena en seco ese impulso, lanzando el mensaje de que la lucha ya ha concluido cuando apenas ha comenzado.
Desde CNT consideramos que se ha desaprovechado una oportunidad histórica para redefinir las relaciones laborales en el sector público. Se ha optado por la negociación de mínimos, sin alterar el modelo autoritario y burocrático de gestión educativa. En lugar de avanzar hacia una mayor participación, se ha reforzado el control desde arriba.
El malestar generado tras la firma de este acuerdo no es casual. Forma parte de un problema estructural: el modelo de comités de empresa, que desde CNT consideramos obsoleto y contrario a los principios de autogestión, participación y democracia directa.
El sistema de comités canaliza la acción sindical hacia una representación delegada y alejada de los centros de trabajo. La negociación colectiva se centraliza, se burocratiza y se aleja de las decisiones reales de la plantilla. Las elecciones sindicales convierten la acción sindical en una competencia electoral entre distintas marcas ideológicas, y no en un proceso de empoderamiento colectivo. El resultado es un sindicalismo dependiente de la administración, acomodado y cada vez más ajeno a las necesidades reales del profesorado.
Frente a esto, desde CNT defendemos el modelo de secciones sindicales: estructuras organizadas desde los propios centros de trabajo, donde las decisiones se toman en asamblea y la acción sindical parte de las necesidades reales y concretas de cada colectivo. Estas secciones permitirían, en el sector educativo público, desarrollar pautas de negociación directa con la administración desde una posición horizontal, autónoma y libre de pactos opacos.
Las secciones sindicales no necesitan comités, ni subvenciones, ni liberados ajenos ni al centro de trabajo ni al aula. Se sostienen con la implicación directa de las personas trabajadoras, organizadas desde abajo. Son un instrumento de lucha, pero también de construcción de una cultura sindical nueva: libre, solidaria y transformadora.
En el sector educativo, esto implica que los claustros y las comunidades educativas vuelvan a ser espacios de soberanía, capaces de decidir sobre sus condiciones laborales, sus ritmos, su modelo pedagógico. Implica romper con el verticalismo institucional que convierte al profesorado en ejecutor pasivo de decisiones tomadas en despachos lejanos. Y, sobre todo, implica dotarse de herramientas para una acción sindical coherente con los fines que decimos defender: educación pública, de calidad, transformadora y arraigada en la realidad social.
La firma del nuevo acuerdo en la educación pública vasca es pues una decepción para quienes apostamos por un cambio profundo. No solo por las escasas mejoras que incluye, sino porque entierra el potencial transformador que había despertado la movilización colectiva.
Desde CNT, reafirmamos nuestro compromiso con una lucha sindical basada en la autonomía, la horizontalidad y la acción directa. El sindicalismo no puede limitarse a negociar condiciones laborales; debe ser una herramienta para cambiar las relaciones de poder en el trabajo y en la sociedad. Y eso solo es posible si nos organizamos desde abajo, construyendo secciones sindicales vivas, combativas y con capacidad real de decidir.
La lucha no ha terminado. Al contrario: es ahora cuando debe recomenzar, desde las aulas, desde los centros, desde las asambleas. Porque la educación es un bien común, y solamente desde una organización libre y horizontal podremos defenderla.
Argazkiaren iturria: Ecuador Etxea https://www.ecuadoretxea.org/la-ensenanza-publica-vasca-sigue-en-huelga/
En ICL todas las decisiones se toman de abajo hacia arriba. Eso quiere decir que todas las personas afiliadas en cualquier sección participan en el proceso y que los organismos formales (como los Grupos de Trabajo o el Comité de Relaciones) solo tienen el encargo de hacerlas efectivas. Esto se logra mediante congresos y referéndums. Estos últimos se convocan siempre que surge una nueva cuestión entre congresos, o que queden pendientes algunos asuntos, que por la razón que sea no se han podido zanjar en estos.
Para que esto pueda funcionar, se someten una serie de cuestiones a las secciones y todas las personas afiliadas a los sindicatos locales las discuten, de modo que puedan expresar su opinión al respecto. Después, cada sección sigue su proceso interno para alcanzar un acuerdo. El delegado o la delegada de la sección en el Comité de Relaciones recibe un mandato para defender esta postura. Lo ideal es que todos los resultados de los referéndums se logren mediante el consenso, pero si esto no es posible, hay un sistema de votación (se pueden consultar nuestros estatutos en el siguiente enlace: Estatutos – ICL-CIT).
Coordinar compañeros y compañeras de tantos países diferentes puede llevar su tiempo. El Comité de Relaciones (compuesto por una persona de cada sección y por lo tanto conocedora de los procesos internos de esta para llegar a una postura común) debe elaborar un calendario que permita la consideración de todas las cuestiones en los niveles local y nacional. Nos complace decir que esto ha funcionado a la perfección y que ya disponemos de los resultados de este referéndum.
En esta ocasión, se sometieron cuatro cuestiones a consideración de la afiliación:
Una vez más, hemos constatado que es posible tomar decisiones de abajo hacia arriba y que este proceso funciona a la perfección a través de las fronteras, en varios continentes y países.
Organizada por CNT, esta feria reunirá a editoriales independientes, autoras y autores comprometidos, colectivos sociales y amantes de la lectura para abordar temáticas como la economía alternativa, el feminismo obrero, la memoria histórica y las luchas mineras. Entre las editoriales que participarán se encuentran Piedra Papel Libros, Ekintza Zuzena, Pepitas de Calabaza, DDT Banaketak, Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo y Virus, además de Mujeres Libres, Txarraska y otros.
El sábado 10 de mayo, las actividades comenzarán a las 12:00 h con la presentación del libro “Memorias Ahogadas” de Mª Ángeles Fernández y Jairo Marcos, acompañados por la periodista Marta Martínez. Memorias ahogadas es una inmersión en las vidas y las historias de quienes, en diversos lugares de España, tuvieron que dejar sus pueblos, tierras y hogares, sus quehaceres, raíces y formas de vida, también sus muertos, debido a la construcción de un embalse. Este libro trata sobre la búsqueda de la memoria, de todas esas memorias ahogadas, y de su reconstrucción a través de la palabra escrita. La obra recibió el Premio beca literaria de no ficción Bretón & Olarra 2023.
A las 17:00 h será el turno de “CNT y la nueva economía”, obra de Miguel G. Gómez. Entre los objetivos de este trabajo están el de entender cómo se llevó a cabo el proceso revolucionario a nivel local, cómo se organizó la economía desde abajo, en cada taller, en cada municipio y comarca, es una de las piedras angulares para interpretar el proceso revolucionario que se inició en el verano de 1936. El libro que ha escrito Miguel Gómez viene a arrojar luz de una manera sistemática, seria y rigurosa la forma en la que los sindicatos abordaron la realización de la revolución social en el aspecto económico.
La jornada cerrará a las 19:00 h con la proyección del documental “Trabajadoras. Mujeres de barrio, memoria y futuro”, seguido de una charla-coloquio con sus creadores, Mikel Toral y Txutxi Paredes. El documental recoge el testimonio de 32 mujeres nacidas entre 1930 y 1960 y conforman la historia de una generación, en palabras de Mikel Toral, uno de los creadores del documental, “una historia universal que representa la lucha por la vida de las mujeres trabajadoras de Bizkaia”.
El domingo 11 de mayo, a las 12:00 h, se proyectará el documental “Puta mina. Reflexiones de mujeres de las cuencas mineras sobre la minería”, con coloquio posterior junto a una de sus autoras, Conchi Unanue. El documental cuenta en clave femenina la vida cotidiana de las cuencas del carbón, ha recibido una mención especial en Lisboa en el Festival Olhares do Mediterráneo. Esta pieza es una excavación audiovisual en la cuenca minera de Gordón (León), en la localidad de Ciñera, afectada por una situación de desmantelamiento de la industria minera y las formas de vida asociadas a ella. El proyecto se ha planteado como un trabajo colectivo a través de grupos locales, en el que las últimas imágenes de la mina se entremezclan con las conversaciones mantenidas entre mujeres mineras a lo largo del periodo 2016-2017. En la película resultante se añaden capas de complejidad a una lectura épica sobre la lucha de clases, a la vez que se ponen en valor aspectos como el trabajo de cuidados o los componentes afectivos, habitualmente relegados en el relato convencional sobre la mina
Este evento, ya consolidado en la agenda cultural alternativa de Bilbo, apuesta por el conocimiento como herramienta de transformación social. La feria contará con puestos de libros, actividades culturales y un ambiente que fomenta el pensamiento libre y el encuentro colectivo.
Bajo el lema “Que trabajen ellos, por un empleo que no nos robe la vida”, CNT ha salido a la calle este jueves 1 de mayo. La organización anarcosindicalista ha denunciado la explotación laboral impuesta por el sistema capitalista y ha reivindicado la dignidad de la clase trabajadora frente a la precariedad, el estrés y la desigualdad. “Llamamos a rechazar las reformas superficiales y exigimos una transformación profunda”, señalaron en las manifestaciones.
En Barakaldo e Iruñea las manifestaciones se realizaron junto a otras organizaciones sindicales, reivindicando que en la lucha obrera no hay tregua, denunciando la guerra y el fascismo. En Iruñea la movilización finalizó con un pintxopote en el local sindical. Mientras, en Bilbo y en Donostia, la asistencia a las manifestaciones fue numerosa.
En Bilbo, la manifestación del 1º de Mayo concluyó este mediodía con un mitin a cargo de Endika, Olatz y Eva, militantes del sindicato que pusieron voz al cierre de la jornada reivindicativa ante centenas de personas congregadas en la plaza. Al finalizar, un coro cerró el acto cantando el himno anarcosindicalista ¡A las barricadas!.
"No hay plan B: o comunismo libertario o barbarie"
En la primera intervención, Endika hizo un alegato firme contra el capitalismo en su fase actual y una llamada urgente a la organización obrera desde abajo. A lo largo del discurso, denunció que estamos ante una nueva ofensiva de bloques imperialistas que compiten por el saqueo global mediante la guerra, el control y la represión. “Nos quieren hacer elegir entre imperios mientras todos nos explotan igual. Pero nuestra trinchera no está entre banderas: está entre compañeras”, proclamó, en un rotundo rechazo a los conflictos entre élites capitalistas.
Endika centró el núcleo del mensaje en la propuesta concreta que la CNT plantea: la Agenda 2036, un plan revolucionario dividido en cuatro etapas —implantación sindical, alternativa económica, hegemonía limitada y hegemonía total— que busca construir un contrapoder real. “No se trata de resistir bajo la bota capitalista, sino de prepararnos y construir un futuro justo desde la autogestión”, remarcó.
Sin embargo, recordó que esta hoja de ruta necesita estructuras organizativas reales en los sectores productivos. Por eso, defendió la necesidad de construir implantación sectorial desde el trabajo diario y coordinado de las secciones sindicales, superando la fragmentación actual del mundo laboral: subcontrataciones, precariedad, dispersión de compañeras por distintas empresas.
En el tramo final, Endika apeló a la necesidad de tejer alianzas, pero “con sentido y con estrategia”. Señaló que la CNT está abierta a colaborar con organizaciones que compartan la acción directa y la autonomía, pero poniendo el foco en los centros de trabajo. “No se trata de sumar por sumar, sino de sumar para avanzar”, declaró, recordando que la lucha sindical debe ser el eje de todas las acciones, incluidas aquellas de carácter internacionalista como el boicot a empresas cómplices del genocidio en Gaza.
Cerró su intervención con un mensaje claro: “Tenemos el análisis, el plan y la voluntad. Es hora de activar la Agenda 2036. Es ahora… o nunca”. Y concluyó entre aplausos con una consigna que resonó fuerte en la plaza: “O comunismo libertario… o barbarie. O anarcosindicalismo… o ecofascismo.”
“Que trabajen ellos: queremos vivir, no sobrevivir”
La militante Olatz fue la encargada de poner voz al comunicado del Confederal, uno de los momentos más emotivos y combativos del mitin del 1º de Mayo de la CNT. En un discurso cargado de fuerza, denunció con contundencia la violencia estructural que el sistema capitalista ejerce a través del trabajo asalariado.
“No nacimos para ser piezas en la máquina de la explotación”, comenzó Olatz, lanzando un mensaje directo contra un modelo laboral que convierte cada jornada en una condena. Denunció cómo la precariedad, la sobrecarga, el estrés y la enfermedad son condiciones normalizadas para millones de trabajadoras mientras los poderosos se enriquecen sin haber doblado nunca la espalda.
Frente al relato institucional que habla de progreso y reformas, la militante recordó que las trabajadoras siguen muriendo en los tajos y malviviendo en los márgenes. “Estamos orgullosas de ser trabajadoras, pero no de ser esclavas”.
Olatz reclamó la necesidad de recuperar la vida robada: tiempo, dignidad, cuerpo y sueños. Apostó por una nueva forma de organizar la existencia, desde los cuidados, la colectividad, la ternura y la rabia organizada. “No queremos reformas tibias ni migajas: queremos todo”, proclamó, reivindicando el legado histórico de la CNT en la conquista de la jornada laboral de ocho horas y señalando que será el anarcosindicalismo quien derribe definitivamente el yugo del trabajo alienado.
También tuvo un lugar central en su intervención la denuncia internacionalista, recordando a la clase trabajadora palestina y a quienes resisten bajo las bombas. “Su silencio es complicidad. Nuestra memoria es resistencia. Nosotras no dejamos a nadie atrás”, afirmó con emoción, reafirmando el compromiso de la CNT con el internacionalismo obrero.
El discurso concluyó con una consigna que sintetiza la fuerza del mensaje: “Que trabajen ellos. Nosotras queremos vivir, luchar y liberar cada rincón de nuestras vidas. Porque el mundo será de quienes lo trabajan, no de quienes lo saquean.”
“Es imposible acabar con el capitalismo sin acabar con el patriarcado”
La compañera Eva —militante y responsable sindical, jurídica y feminista en su en CNT— tomó la palabra para lanzar un discurso profundo que abordó tres ejes fundamentales: la represión sindical, la lucha obrera de base y el feminismo como parte inseparable de la lucha de clases.
Eva comenzó su intervención con una emotiva mención a “las seis de La Suiza”, afiliadas a la CNT de Xixón, condenadas a prisión y a cuantiosas multas por participar en una campaña sindical tras denunciar abusos sexuales y violaciones de derechos laborales. “Colocar a sindicalistas a las puertas de la cárcel por hacer concentraciones o piquetes es un ataque directo a toda la clase obrera organizada”, denunció. Y destacó como punto positivo la oleada de solidaridad sin precedentes que ha unido a diversas organizaciones del movimiento obrero más allá de sus diferencias.
A continuación, Eva relató el conflicto vivido en el matadero de Litera Meat, en Binéfar (Huesca), donde la CNT convocó una huelga en condiciones extremadamente difíciles: “un sector olvidado, con condiciones del siglo XIX y una plantilla, en su mayoría migrante, que sufre abusos diarios”. A pesar de la represión, la criminalización y el silencio cómplice del comité de empresa, la huelga tuvo una participación de entre el 50 y el 80% de una plantilla de más de 1600 personas.
Eva subrayó que la experiencia desmonta los estereotipos racistas que acusan a las personas migrantes de pasividad o conformismo. “Lo que no se puede pretender es que se integren en organizaciones que ni les ven, ni les escuchan, ni les respetan”, declaró. Añadió que cuando una organización como la CNT ofrece herramientas reales, horizontales y combativas, “las trabajadoras migrantes están ahí, codo con codo y cueste lo que cueste”.
Pasando al análisis de género, Eva denunció la doble carga de las mujeres trabajadoras, recordando que, cien años después de conquistar la jornada de 8 horas, muchas siguen sin poder disfrutarla: “No hay sirena que marque el final de jornada en nuestros hogares”. Criticó el abandono institucional en materia de cuidados y el desprestigio de profesiones feminizadas y esenciales como la ayuda a domicilio, el empleo doméstico o la atención geriátrica.
“El sistema capitalista es inseparable del patriarcado, y la lucha sindical debe ser inseparable de la lucha feminista”, afirmó. Denunció la paradoja de que en esta sociedad los trabajos socialmente útiles son los más explotados y feminizados, mientras que actividades antisociales y masculinizadas —como la especulación o la industria militar— gozan de prestigio y salarios altos.
En un mensaje directo a los compañeros de la organización, Eva fue contundente: “La mujer trabajadora no puede ganar esta lucha sola. Os lo tenéis que meter en la cabeza: es imposible acabar con el capitalismo sin acabar con el patriarcado.”
Cerró su intervención agradeciendo al sindicato de Bilbao su invitación y recordando que el 1º de Mayo no es una tradición vacía, sino una jornada para reconocerse como clase y reafirmar que no estamos solas, que podemos ganar, y que seguiremos ganando.
El 1 de mayo CNT vuelve a las calles este jueves. La organización anarcosindicalista denuncia la explotación laboral impuesta por el sistema capitalista y reivindica la dignidad de la clase trabajadora frente a la precariedad, el estrés y la desigualdad. CNT llama a recuperar la vida, el tiempo y el poder de decisión, apostando por la organización, la lucha y la solidaridad internacionalista. Rechaza las reformas superficiales y exige una transformación profunda. Frente a un mundo gobernado por élites, proclamamos: queremos vivir, no sobrevivir.
Las citas son las siguientes:
El comunicado de cara a la jornada es el siguiente:
No nacimos para ser piezas en la máquina de la explotación. No vinimos al mundo para alimentar con nuestras espaldas rotas los banquetes de quienes jamás han doblado la espalda, ni sentido el peso de una jornada que nunca acaba. Bajo este sistema capitalista, el trabajo no es una virtud: es un castigo. Es la soga que nos aprieta el cuello mientras nos obligan a sonreír y a agradecer por el privilegio de ser explotadas.
Nos dicen que la jornada laboral se va a reducir, que el progreso nos va a llegar por episodios, pero seguimos muriendo en los andamios, en las fábricas, en los hospitales. Seguimos cayendo víctimas del estrés, del insomnio, de las enfermedades que el cuerpo grita cuando el corazón está hecho polvo.
Estamos orgullosas de ser trabajadoras, sí. Y creednos que ser militante de la CNT es uno de los mayores orgullos que alguien puede experimentar en su vida. Estamos orgullosas de ser trabajadoras, pero no de ser esclavas. No de esta normalidad obscena que nos condena a malvivir, a mendigar tiempo para las nuestras, a elegir entre la comida y la calefacción. ¿Qué orgullo hay en ser olvidadas, empobrecidas, sobrecargadas, mientras los poderosos multiplican sus fortunas y nos miran desde sus torres con desprecio?
Hemos aprendido a soportar lo insoportable. Hemos aceptado que trabajar hasta la extenuación es un deber, mientras los precios suben y nuestros sueldos no alcanzan para casi nada. Nos han robado el tiempo, el cuerpo, los sueños. Pero no nos han vencido.
Queremos recuperar nuestras vidas. Queremos decidir cómo usar nuestros días, nuestras manos, nuestras mentes. Queremos cuidar y cuidarnos, encontrarnos, organizar la rabia, tramar la ternura y la revolución que vendrá. Porque otras formas de vida son posibles, y sabemos que nosotras podemos imaginarlas, construirlas y defenderlas.
No olvidamos que fuimos nosotras, la CNT, la que arrancó la jornada de ocho horas al sistema. Y seremos nosotras quienes acabemos con el yugo del trabajo que nos roba la existencia. No queremos reformas tibias ni migajas: queremos todo.
El mundo sigue gobernado por oligarcas, empresarios, políticos y asesinos que se reparten nuestras vidas como si fueran botines. La socialdemocracia ha pactado con los verdugos. El liberalismo nos ha vendido humo y hambre. Nosotras estamos aquí para gritar lo que tantas callan: basta ya.
Su mundo no funciona. No ha funcionado jamás para la mayoría. Déjennos intentarlo a nosotras: con nuestras manos, nuestros corazones, nuestras ideas. No pedimos permiso, venimos a abrir caminos.
Y no podemos olvidar a nuestra gente en Palestina, a nuestra clase trabajadora hermana al otro lado del Mediterráneo, a las maestras, doctoras, panaderos y periodistas que caen bajo las bombas mientras el mundo “civilizado” mira a otro lado. Su silencio también es complicidad. Nuestra memoria es resistencia. Nosotras no dejamos a nadie atrás, creemos en el internacionalismo frente a las fronteras, muros y aranceles que nos imponen.
Que trabajen ellos. Nosotras queremos vivir, luchar y liberar cada rincón de nuestras vidas.
Porque el tiempo es nuestro. Porque el mundo será de quienes lo trabajan, no de quienes lo saquean.
La mujer trabajadora está siendo una vez más la gran olvidada de la agenda política y los medios de comunicación. El paro femenino ha aumentado en este enero en 32.000 mujeres, un porcentaje que duplica al de los varones, mientras seguimos abocadas a la parcialidad y la temporalidad de los contratos, sin que, al parecer, nada de eso haga necesario dedicarnos uno solo de esos anuncios de medidas estrella con los que el gobierno acapara titulares. Mientras tanto, el sindicalismo y los movimientos sociales siguen sufriendo diariamente la represión, como en el caso de nuestras compañeras de las seis de la suiza que se enfrentan a penas de prisión por hacer sindicalismo.
Para la CNT la lucha sindical es indisoluble de la lucha feminista, de la misma manera que el sistema capitalista es indisoluble del patriarcado. La lógica capitalista hace que las mujeres sean destinadas a trabajos imprescindibles (limpieza, cuidados…), que satisfacen necesidades humanas pero que deben realizarse de forma no remunerada dentro del ámbito familiar o en condiciones de explotación laboral doméstica y que no gozan de ningún prestigio. Por el contrario, muchos empleos y actividades sin utilidad social o directamente antisociales (industria militar, especulación bursátil…) fuertemente masculinizados, se realizan con una alta remuneración y gozando de un gran prestigio social.
En este marco capitalista y patriarcal se llega incluso a tratar de convencer a las mujeres de que la prostitución es una actividad laboral más y el proxeneta debe ser considerado un empresario, tratando de disfrazarlo incluso de reivindicación sindical. Desde la CNT consideramos que en ningún caso la explotación del cuerpo de la mujer puede considerarse un trabajo, sino que es una forma de violencia sexual que apuntala, además, una masculinidad hegemónica donde el deseo de los hombres se sitúa en la cúspide de las relaciones sociales.
A este “mundo al revés” debe enfrentarse diariamente la mujer trabajadora, que ha sido capaz de reivindicarse y defenderse en un sistema profundamente misógino y debiendo lidiar también, en demasiadas ocasiones, con el ninguneo y el desprecio por parte de sus propios compañeros. El análisis feminista reivindica un concepto de trabajo en el que el valor no se pone en la rentabilidad que una actividad pueda tener para el mercado capitalista, sino en la importancia que esa actividad tiene para el sostenimiento de la vida y la cobertura de necesidades humanas.
La mujer trabajadora está creando un mundo nuevo en este instante, frente a un sistema que se autodevora. Desde la CNT trabajamos diariamente para ser una herramienta útil en la lucha contra el capitalismo y el patriarcado y contribuir así a las legítimas aspiraciones de emancipación femenina.
VIVA EL 8 DE MARZO
VIVA LA LUCHA DE LA MUJER TRABAJADORA