• Según CNT, este acuerdo tan celebrado por el Gobierno Español, “va a ser el nuevo ariete en la aplicación de reformas en contra de la clase trabajadora”.
  • “Apenas hay variaciones de fondo en lo que respecta a la gestión de la Gran Recesión de 2008”, ha subrayado la central anarcosindicalista.

Desde la Confederación Nacional del Trabajo, la lectura y análisis que se hace del acuerdo no es nada positiva. La batalla mediática se ha centrado en el monto que corresponderá a las subvenciones directas a cada estado, pasando de unos 500.000 millones de euros iniciales a 390.000 millones. El resto de las cantidades serán mediante préstamos. También se ha resaltado que se incluirá la financiación de proyectos para enfrentarse al cambio climático. Sin embargo, la propuesta acordada tiene grandes similitudes con la del 26 de noviembre de 2008; a la que siguió una década de recortes y merma en los derechos de los y las trabajadoras.

Una de las cuestiones más graves, que los firmantes no han resaltado, son los "Planes Nacionales de Recuperación y Resilencia" que deben desarrollar los Estados, en los que deben reflejar las reformas que aplicarán los estados miembro. Eso significa que las subvenciones directas que va a recibir el Reino de España serán condicionadas, teniendo como condiciones el equilibrio de los presupuestos públicos y la aplicación de reformas estructurales. Es una cuestión muy grave y que va a afectar a las personas que más están sufriendo la crisis, estableciendo la Unión Europea a los estados para la década de 2020 un mapa de ruta que va a seguir el mismo camino de los recortes que comenzaron con la Gran Recesión y condenaron a la miseria y exclusión social a miles y miles de trabajadoras.

La CNT también denuncia que este plan para la recuperación va a condenar a la economía del estado español y a la vasca a seguir siendo totalmente subsidiaria y dependiente de las decisiones que se tomen en otros estados, imposibilitando cualquier esfuerzo de reindustrializar la economía y fomentar el cambio de modelo productivo de servicios turísticos a otro más sostenible con el medio y que cree empleos de calidad. Serán los estados miembro los que valoren que deba considerarse parte de los Planes Nacionales de Recuperación y Resiliencia: no van a permitir que el territorio se reindustrialice si eso supone competencia para sus economías, además de tener intereses en futuras privatizaciones que apliquen.

El plan tampoco ha valorado dejar de lado el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que fija las condiciones del endeudamiento público. En momentos en los que se necesita un gasto público creciente (sanidad, entre otros), los límites presupuestarios de años anteriores seguirán siendo los mismos. Se va a seguir impidiendo que el Banco Central Europeo financie la deuda pública de los estados, por lo que, en un contexto de mayor endeudamiento debido a la crisis del covid-19, los grandes capitales especuladores están a la espera de que se acuda a los mercados, con la extorsión que suponen a administraciones que se salgan de la línea marcada por estos.

Además, con este acuerdo, queda en evidencia la ausencia de mecanismos de toma de decisiones democráticas en Europa; la Unión Europea no deja de ser una herramienta más en favor de los grandes capitales y élites a nivel continental.

En definitiva, el plan lleva a la clase trabajadora va a enfrentarse a una nueva ronda de ataques sus derechos, en una situación económica donde la crisis y la incertidumbre van a ser la característica general de la economía.

CNT exigirá a las administraciones que no se sometan al marco neoliberal de la Unión Europea, y recuerda al gobierno que, cualquier salida a la crisis que no ponga una economía con las personas y los cuidados en el centro, supondrá persistir en el actual modelo económico y social. De ser así CNT pondrá todos los recursos a su alcance para combatirla.

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