Recortes y rabietas

Inprimatu

Sí, lo confieso. Me he tragado en youtube la comparecencia de Rajoy en el Congreso en la que trata de justificar el por qué de este nuevo tijeretazo. No soy masoca. Sólo dura aproximadamente una hora y si me pongo a pensar qué es una hora en el cómputo de toda una vida, al menos me queda la sensación de que no he perdido el tiempo.

Tengo la costumbre de ver, en su totalidad o en parte, ese tipo de comparecencias. Ayudan a percatarse de las virtudes y los defectos de quien interviene y de sus razonamientos. Dicho de otra forma, me sirve para medir el grado de imbecilidad de la persona que sube al estrado, del grupo que le jalea y, no voy a negarlo, hay momentos antológicos en los que me echo unas buenas risas como si estuviese presenciando una función del Club de la Comedia. Desde silbidos, pataleos, abucheos, aplausos, interrupciones hasta el ya célebre ¡que se jodan!, de Andrea, la muy hija de Fabra.

Pero, dejando a un lado la parte humorística de un atajo de idiotas, resulta evidente la falta de sensibilidad social de esos representantes del franquismo sociológico cuando, al final de la intervención de Rajoy y volviendo éste a su asiento, se ponen en pie aplaudiendo a su líder. ¿Qué aplauden? ¿Qué tienen que celebrar? ¿Les resulta gratificante el paquete de medidas expuesto? No hacen más que poner sobre la mesa la imagen de la Una, Grande y Libre, esa España casposa, caciquil, y tratan de ocultar dando palmas un nuevo ejemplo de golpismo.

Es enfermizo su concepto de que han sido elegidos para llevar a cabo estas medidas. Lo dice Rajoy al final de su intervención: (…) el gobierno que yo presido y que ha sido elegido por los españoles para esta tarea cumplirá con su deber hasta lograr lo que se pretende (…). A un político profesional que llega a un cargo como el que ostenta Rajoy, u otro puesto de parecidas características pero dentro de otros ámbitos, conviene recordarle que a él y a su formación política les han aupado a copar la ansiada mayoría del hemiciclo algo más de diez millones de votos, es decir, un tercio del censo electoral. Tocar poder, además de cegar, atonta, de ahí que Rajoy autoendiose a su Gobierno y lo considere elegido no sólo por los que le han votado, sino también por los que han votado a otras opciones, por los que nos hemos abstenido y por los que ni siquiera han cumplido la edad fijada para poder votar. Aquí tenemos otro ejemplo similar con el tontoletas de Patxi López, pero ese es otro tema del que ya escribiré en otro momento.

Ahora bien, como militante de la CNT tampoco me causa sorpresa que mis enemigos de clase promulguen medidas de bajo o nulo contenido social. Su finalidad es opuesta a la mía, luego no puedo esperar otra cosa.

Lo que sí me ha llamado la atención es una “perla” que he encontrado en internet publicada en la web de algún periódico. Es un comunicado del Sindicato Unificado de Policía (SUP) que me dejó descolocado un instante por unas frases concretas que luego transcribiré. Me sorprendió de tal manera que me picó la curiosidad de ver si tal escrito estaba inserto en la propia web del SUP. Como hay bromas de cámara oculta, lo mismo esto era una especie de ciberbroma periodística. Pero no, no, nada de eso, ahí estaba en la web del SUP. Es un texto cortito titulado “Los cobardes esquiroles ya están actuando”. Te invito a que lo leas, pero si vas a verlo en la web del SUP sé rápido, como hice yo, no sea que permanezcas conectado unos segundos de más y se te pegue algo.

El comunicado arranca calificando de mentiroso al Presidente del Gobierno que les roba la paga extra de Diciembre para, a continuación, soltar algo muy jugoso: (…) sus secuaces* en la Policía, esos servicios turbios que suelen actuar al margen de la legalidad, (…) Ellos quieren seguir actuando como una policía de dictadura y monarquía bananera violando sistemática y diariamente los derechos de los ciudadanos. (…)

Me causan total indiferencia los problemas laborales internos y/o externos que puedan tener los miembros de cualquier cuerpo represor, pero que en un comunicado público de los maderos del SUP se reconozca que dentro de su camarilla no hay trigo limpio sí que capta mi atención. Que una profesión como la policial es un refugio para verdaderos impresentables cuya salud mental ofrece serias dudas es algo evidente. No hay más que presenciar ciertas actuaciones públicas para comprobar cómo se les va a algunos la pinza. Si se procede así a la luz del día y ante testigos, no hay que ser muy avispado para deducir todo el “cariño” que se puede recibir en Comisaria.

Que en un comunicado de ese tipo se hable de actuar al margen de la legalidad y de violar sistemática y diariamente los derechos de los ciudadanos me parece bastante descriptivo de lo que hay detrás de una placa, una porra y una pistola. Bueno sería que el SUP comenzase a difundir todos los casos en los que diariamente se violan nuestros derechos, desde la más simple actuación hasta la incalificable brutalidad de una tortura, porque con las expresiones duras utilizadas en el escrito se puede inferir que no nos están hablando de chorradas, tipo tirón de orejas a un adolescente que se puso gallito mientras hacía botellón. Como suele decirse, con luces y taquígrafos: quién, dónde y cómo no han sido respetados nuestros derechos. No le veo yo al SUP dejando de lado ese corporativismo en el que se cobijan estos mercenarios de la ley mamporrera. Que no ejerza el SUP de poli “bueno” y menos por una rabieta cuando les han tocado lo que más les duele, la cartera. Hasta ahora qué, ¿miraban para otro lado? Si se vulneran los derechos de los ciudadanos un día sí y otro también, que no me vengan con milongas cuando les quitan la paga extra de Diciembre. Que saquen a la luz toda la mierda por decencia, por dignidad, por respeto. Mientras eso no suceda, el poli “bueno” y el poli “malo”, utilizando una diferencia popular en la que no creo, no serán más que siameses unidos por todo el cuerpo.

Así que Andrea, tranquila, no estás sola. Como puedes ver el mundo está lleno de hijos de Fabra.

*Se sobreentiende que se refiere a los secuaces del Gobierno.